«Lo que me impresiona y afecta es que la carta que entregó el Santo Padre al terminar el encuentro con los obispos demuestra toda la gravedad de la situación. No solamente es el dolor, sino que hace ver que el episcopado ha dañado gravemente la comunión y debilitado el trabajo eclesial los últimos años».
Con esas palabras, el sacerdote Pedro Kliegel se refirió a la debacle que atraviesa la Iglesia Católica chilena, tras la renuncia masiva de sus obispos debido a los cuestionamientos del Papa Francisco por su inacción frente a los casos de abuso sexual a menores ocurridos en el último tiempo.
Kliegel, que conversó con el diario El Austral, fue uno de los primeros en escribir cartas hacia las autoridades de la Iglesia en Chile para solicitar la evaluación de la designación de Juan Barros como obispo de Osorno.
Al respecto, el sacerdote fue claro en expresar que esta situación se podría haber evitado «si las autoridades de nuestra Iglesia de verdad nos hubieran escuchado mejor, porque solicitamos humildemente e insistente lo que finalmente hoy reconocen. Eso es valioso».
Finalmente, Kliegel llamó a la comunidad de la Iglesia a «trabajar unidos», ya que con lo ocurrido «no hay ganadores ni perdedores, sino que un pueblo de Dios que debe unirse en el mensaje que el Papa con sabiduría entrega».