Más de 30 años de investigación han determinado que la leucemia linfoblástica aguda (LLA), la causa más común de cáncer en los niños, en realidad podría prevenirse de una manera muy simple. Los científicos creen que nuestra obsesión con la limpieza y el miedo a los gérmenes podría desempeñar un papel en la enfermedad al impedir que el sistema inmune de los niños se desarrolle adecuadamente.
La LLA es un tipo de cáncer de sangre que afecta la médula ósea. Si bien es más común en las personas de 4 años o menos, también puede afectar a los adultos. En EEUU, por ejemplo, aproximadamente 6.000 adultos son diagnosticados cada año. Actualmente, alrededor del 90 por ciento de los niños con LLA se curan, aunque los tratamientos son engorrosos y desagradables. El descubrimiento de que la enfermedad podría prevenirse es una noticia muy alentadora.
Observando una amplia gama de estudios previos y publicando sus resultados en Nature Reviews Cancer, los investigadores presentaron su teoría sobre cómo una limpieza excesiva podría conducir a la enfermedad.
Aproximadamente uno de cada 20 niños tiene una predisposición genética a la LLA, pero si su sistema inmune se desarrolla adecuadamente, deberían mantenerse sanos. Lamentablemente esto no ocurre cuando los niños son resguardados exageradamente de los microbios en el primer año de vida: su sistema inmunitario no se desarrolla tan bien y no tiene herramientas para hacer frente a la infección. Es por esto que la limpieza extrema se ha relacionado con el desarrollo de alergias.
Entonces, si un niño con la predisposición genética y un sistema inmune poco desarrollado, más adelante se infecta con algo como un resfriado o una gripe, puede aparecer una segunda mutación genética que lo que hace más propenso a enfermarse con LLA. No significa que necesariamente la desarrollará, pero puede hacerlo más susceptible.
Nuestro estilo de vida moderno significa que a menudo mantenemos todo absolutamente limpio y protegemos intencionalmente a nuestros niños de cualquier germen posible. Pero ahora se sabe que esto no es del todo bueno. Cuando estamos creciendo, nuestros cuerpos están naturalmente destinados a entrar en contacto con todo tipo de suciedad e insectos y esto hace que nuestro sistema inmunológico sea hábil al tratar con gérmenes desagradables.
Por lo tanto en la infancia, interactuar con otros niños, tener mascotas o jugar en la tierra puede ser muy beneficioso. Pero si un niño o niña vive en un entorno extremadamente limpio, será mucho más probable que sufra de asma y alergias y tendrá un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple (EM). Se cree que nuestro estilo de vida súper limpio es la razón por la cual estas condiciones se han disparado en las últimas décadas en los países desarrollados. Las naciones menos desarrolladas, que están expuestas a más gérmenes, no han visto un aumento tan dramático.
«El problema no es la infección, el problema es la falta de infección», le dijo a The Guardian el autor principal del estudio, profesor Mel Greaves, un destacado investigador sobre el cáncer.
Sin embargo, como ocurre con la mayoría de las cosas, probablemente no hay una única causa. En términos de LLA, la predisposición genética y la posibilidad también juegan un papel, y los investigadores señalan que los padres de aquellos niños con LLA no deberían sentirse responsables.
Aún así, los hallazgos podrían ayudarnos a combatir la enfermedad en el futuro, por eso ahora los investigadores planean trabajar en tratamientos preventivos.
Fuente: IFLScience