Brian Acton y Jan Koum creadores de Whatsapp rechazaron 1.300 millones de dólares por desacuerdos, pues decidieron no seguir en la sociedad con Facebook porque la empresa de Mark Zuckerberg quiere incluir publicidad en el servicio de mensajería más usado del mundo.
Los dos creadores debían esperar hasta noviembre para sumar la millonaria cifra, sin embargo decidieron abandonar y renunciar a la sociedad con Facebook, por tensiones y peleas sobre la incorporación de mensajes publicitarios en las comunicaciones de los usuarios.
Los dos creadores del servicio de mensajería condicionaron su estadía en la empresa cuando Facebook compró WhatsApp por 19.000 millones de dólares.
La empresa de Zuckerberg quiere recapitalizar la compra y para ello está tratando de convertir a WhatsApp al modelo de negocio de Facebook, que es vender publicidad.
La publicidad para Facebook representa 97% de sus ingresos, lo que pone un valor de mercado a la empresa de 500.000 millones de dólares.
Las constantes luchas y discusiones sobre la incorporación de publicidad en la aplicación cansó a los fundadores de WhatsaApp y propició primero la renuncia de Acton que dejó de ganar 900 millones y luego Koum quien dejó de percibir 400 millones con su reciente renuncia.
En declaraciones al The Wall Street Journal Koum y Acton afirmaron que los mensajes de publicidad que van a interrumpir las comunicaciones de los usuarios, “son insultos a la inteligencia”.
No todo es cuestión de honor
Los creadores de la aplicación de mensajería cuestionaron el manejo que le da Facebook a la información de los 1.500 millones de usuarios. Recordaron que cuando fue presentada la aplicación, la confidencialidad y seguridad de los usuarios era la prioridad.
Explicaron que en los inicios, los mensajes que enviaban los usuarios solo permanecían en los servidores hasta que eran leídos y después eran borrados de manera automática. En 2016 decidieron encriptarlos para aumentar la seguridad y evitar el acceso a su contenido.
Sin embargo, dos años después de la venta a Facebook las condiciones de uso cambiaron para que la red social pudiera tener acceso a los números telefónicos de los usuarios y sus datos personales, situación que sumado al escándalo de Cambridge Analytica por el uso no autorizado de información de 87 millones de usuarios, aceleraron la ruptura definitiva de los creadores de la aplicación con la empresa.