Un remolino de millones de toneladas de basura –especialmente plástico-, se concentra a mil kilómetros de Hawaii. Este vertedero flotante se ha denominado “el Séptimo Continente”, demostrando que la humanidad continúa transformando el planeta tierra en una cloaca.
“El gran parche de basura del Pacífico”, “la gran isla de basura”, “la gran sopa de plástico”, son denominaciones que tristemente se refieren al bautizado “Séptimo Continente”, vertedero de 1,7 a 3,4 millones de kilómetros cuadrados y 3,5 millones de toneladas que se sitúa a mil kilómetros de Hawaii, isla perteneciente a Estados Unidos.
El remolino de basura es una catástrofe ecológica que no ha dejado de crecer, aumentando un 50% desde su “descubrimiento” en 1988 y equivale aproximadamente al territorio de tres a siete Españas.
Estos desperdicios humanos se agrupan en un gran remolino provocado por la fuerza de la corriente del Pacífico Norte, lo que sumado a los vientos de la zona y a la fuerza centrípeta –la cual lleva los desechos hacia el centro del remolino- impide que los desechos se dispersen hacia la costa.
Esta isla de basura, a diferencia de otros ecosistemas marinos artificiales, no alberga vida, haciendo imposible que alguna especie sobreviva en aquel lugar.
Muchos de los desechos terminan en los estómagos de aves marinas y animales del mar, constituyendo un riesgo para la vida de al menos 267 especies.
De manera impresionante, se estima que hay basura desde las décadas del 60’ y 70’, la cual se va acumulando año a año, debido a que ningún país se hace cargo de la situación, debido a que el “Séptimo continente” se encuentra en tierra –o agua- de nadie, es decir, no pertenece a ningún país.
Para examinar esta isla y establecer medidas de acción que ayuden a combatir su existencia, es que la expedición científica francesa liderada por el explorador Patrick Deixonne, se dirigirá al lugar en mayo próximo.
Foto: www.aragonya.com
El Ciudadano