El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu con una acción comedida y estratégica exhortó este miércoles a los presidentes de los comités parlamentarios de exteriores de los Estados de Latinoamerica a trasladar sus embajadas ubicadas en Tel Aviv a Jerusalén, tras la decisión de Guatemala y Paraguay de mudarse hacia al territorio en disputa. Esta acción permitirá a los gobiernos de la región latinoamericana convertirse en cómplices.
Netanyahu tal vez asume que si las
naciones suramericanas mudan sus
sedes diplomáticas a Jerusalén
estarían legalizando no solo su ocupación, sino lograrían por completo desplazar a los palestinos de su territorio. El genocidio total está a la puerta y en responsabilidad de gobernantes «democráticos» que avalan la invasión y uso de la fuerza extrema de Israel contra el pueblo palestino, inclusive mujeres y niños.
«Estoy muy contento de que Guatemala trasladara su embajada. Estoy muy contento de que Paraguay trasladara su embajada. Y les pido, además de que sean embajadores en Israel, que pidan a sus gobiernos que trasladen sus embajadas a Jerusalén. Así podemos decir el año que viene en Jerusalén», declaró el primer ministro.
El israelí aseguró que las relaciones de su país con los de Latinoamérica están cambiando rápidamente y a favor. «Estoy muy orgulloso de haber sido el primer jefe del gobierno israelí que visita un país al sur de Texas«, exclamó Netanyahu.
Recordó que visitó a Argentina, Colombia y México y se prevé que en otoño (mes de diciembre) viaje a Guatemala para una cumbre regional. ¿Es causalidad que haya visitado una nación donde el Gobierno de los Estados Unidos ha metido su mano para desplazar la decisión del pueblo guatemalteco y sostener en el poder un títere?.
Netanyahu, quien es un experto violador de los derechos internacionales no pretende hundirse solo. Ha pedido a los gobiernos de la región acompañarlo como cómplices en esta nueva emboscada contra Palestina que podría conducirnos a todos los habitantes del planeta a la mayor guerra mundial y a la desaparición completa de cualquier existencia de vida.
La historia se repite e Israel permanentemente viola la resolución 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas establecida en el año 1980, cuando los miembros de este bloque mudaron sus embajadas a Tel Aviv y donde rechazaron la declaratoria unilateral de este país de nombrar a la ciudad de Jerusalén como «capital eterna e indivisible».
Para ese entonces, los Estados Unidos se abstuvo de votar y apoyar a la nación invasora y consideró a la ciudad sagrada de Jerusalén como un territorio ocupado por los israelí. En definitiva, es una acción desesperada por parte del primer ministro por no contar con el apoyo de naciones del mundo y sumamente peligrosa para latinoamérica.