Mitsui-Codelco: un contrato innecesario e indigno

El conocimiento parcial, a petición de Anglo American, del contrato de financiamiento suscrito entre Codelco y la transnacional nipona Mitsui, deja muy mal parado al directorio de Codelco y al gobierno de Piñera, ya que entregaron como una de las alternativas a los fondos comprometidos de concretarse la opción, por el 49,5% de Anglo American […]


Autor: Director

El conocimiento parcial, a petición de Anglo American, del contrato de financiamiento suscrito entre Codelco y la transnacional nipona Mitsui, deja muy mal parado al directorio de Codelco y al gobierno de Piñera, ya que entregaron como una de las alternativas a los fondos comprometidos de concretarse la opción, por el 49,5% de Anglo American Sur (AAS) exigida desde enero, entregarle al consorcio japonés la mitad de ella y en caso de no hacerlo cancelarle US$293 millones de dólares.  Ello en circunstancias que el Estado chileno posee miles de millones de dólares en fondos soberanos en el exterior, por los cuales percibe una bajísima rentabilidad y están sometidos a una alta inestabilidad.  Por tanto, es un acuerdo innecesario e indigno, que el país solo conoce por la exigencia de la empresa anglosudafricana, que se resiste a hacer efectiva la opción.  Los atentados en contra del país por este motivo son múltiples.  De una parte ha dejado que el litigio se transforme en un largo debate jurídico, luego por no responder  a  la agresión de Anglo recuperando para el país los recursos que explota y en tercer lugar por comprometer innecesariamente financiamiento de derechos de propiedad sobre recursos pertenecientes al país.  Ello mientras en el sector cuprífero se produce un proceso de fusiones y adquisiciones que viviría un nuevo capítulo de concretarse la fusión entre la transnacional suiza Xstrata con la poderosa empresa de corretaje en materias primas Glencore del mismo origen.

Acogiendo una petición efectuada por Anglo American, Codelco entregó en febrero a los tribunales el texto del contrato de financiamiento suscrito con la japonesa Mitsui para ejercer la opción de compra del 49,5% de Los Bronces. Su conocimiento ratificó que este contrato nunca se debió haber firmado, ya que el Estado chileno no solo dispone de fondos soberanos en el exterior que permiten financiar la opción, sino que adquiere compromisos sobre acceso de la empresa nipona a la propiedad de AAS absolutamente contrario al interés nacional.  Obligaciones que, sin duda, no fueron avalados únicamente por el directorio de Codelco sino también por el ministerio de Hacienda y el propio Piñera.  El contrato establece como una alternativa la entrega a  Mitsui de la mitad del porcentaje de títulos a recibirse de hacerse efectiva la opción y de no efectuarse dicha cesión se obliga a cancelarle a  Mitsui US$ 293 millones.  Son obligaciones que nunca debieron asumirse  ya que se trata de que sea la empresa estatal chilena quien recupere la participación en el yacimiento, si se parte de la base que el gobierno Piñera no enfrentará la agresión de Anglo y Mitsubishi procediendo – como debiera hacerlo – a nacionalizar AAS.

Este pago extra de US$293 millones convierte además en aún más improcedente la operación de financiamiento, ya que además de efectuar un desembolso extra, se negoció en el supuesto que en un atentado contra el país la mitad de la participación en AAS que se obtiene con la opción se traspasaría a Mitsui. Ni los Ejecutivos de Codelco ni el Estado colocan en primer plano los intereses del país.  ¿Quién dio a los ejecutivos de Codelco y a La Moneda atribuciones para decidir por su cuenta sobre patrimonio pertenecientes a los chilenos?  Constituye un atentado que aún cuando no se materialice debería esclarecerse.  Resulta chocante que este conocimiento se vaya dando a través de antecedentes exigidos a Codelco por una empresa que está en conflicto con el país, situación que se prolonga por la inacción del Gobierno.

El director ejecutivo de Cesco, Juan Carlos Guajardo, considera la negociación con Mitsui como un ejemplo de las ventajas del gobierno corporativo de Codelco para enfrentar con “agilidad (…) decisiones tanto externas como internas”, Más aún, asegura que “la operación de Mitsui es muy interesante porque aquí no se involucran recursos ni de Codelco ni del Estado (…)”[1]. ¿Y a quién pertenecen los yacimientos en disputa? Es increíble cómo se pierden las perspectivas y se quiere examinar como una simple operación financiera, que mirada en esta perspectiva también es negativa, una opción en que se encuentran en juego recursos del país.

El contrato establece, lo que con el desarrollo que tiene hasta el momento el conflicto entre Anglo y Codelco resulta altamente factible, que el consorcio anglosudafricano bloquee el uso de la opción y en ese caso la vigencia del financiamiento de Mitsui se extendería hasta el primero de agosto de 2012. Dado que ni el financiamiento ni la opción de adquisición por Mitsui son convenientes para el país debería dejar extinguirse este contrato que para un país con elevados ahorros externos no tiene ninguna justificación.

La política que debe decidir el Estado chileno es determinar la vía para recuperar lo más rápidamente posible la propiedad de AAS, lo que conlleva salirse del camino seguido de actuar exclusivamente por la vía judicial, como lo visualiza el presidente de Codelco, Diego Hernández. “(…) las posiciones son suficientemente divergentes – señaló refiriéndose a las últimas declaraciones de Codelco y Anglo – para que la ruta judicial sea la única ruta” (14/02/12). Pensar así es negar que el Estado adquiera una posición activa en defensa del interés nacional. Alternativa que se menciona claramente en el exterior. “Los inversionistas (de Anglo) – comentó Financial Times – temen un posible contragolpe. ¿Por qué pelear en un país donde está uno de tus principales activos?, preguntó un experto” (14/02/12).

Es claro el contragolpe se produce si no se sigue privilegiando unilateralmente el debate en los tribunales.  La máxima ejecutiva de Anglo, Cynthia Carroll, también reduce la resolución del conflicto a un trámite únicamente jurídico.  “se trata–declaró- de un contrato comercial entre dos empresas”, agregando que el conflicto podría durar “al menos un año” y extenderse por todo 2013 (18/02/12).  El  Estado chileno debe actuar, no se puede esperar impasiblemente que subsista un conflicto sobre recursos mineros que pertenecen a los chilenos.  En su informe sobre ingresos en 2011, Anglo incorporó US·$5.400 millones por la venta del 24,5% de AAS a Mitsubishi, dándolo así como un hecho.

La expansión de Codelco debe ser un objetivo nacional.  Su participación porcentual en el país debe incrementarse.  Concretar la opción de AAS va en esa dirección.  Ello es aun más necesario si se tiene en cuenta el proceso de fusiones y adquisiciones producidas en el sector que registrarían un salto de concretarse la fusión entre Glencore y Xstrata.  Ambos consorcios suizos decidieron unirse dando lugar a un gigante de materias primas con un volumen de negocios anual de US$ 209.400 millones, un poco menor al producto anual chileno. En 2011 registraron ambas sociedades un resultado bruto conjunto de US$ 16.200 millones. La nueva empresa, a sancionarse definitivamente en las respectivas asambleas generales a realizarse en los primeros días de mayo, se ubicará entre los cuatro grandes grupos mineros privados a nivel mundial: los angloaustralianos BHP Billiton y Rio Tinto – ambos accionistas de Minera Escondida en el país – y la brasileña Vale. Se denominará Glencore Xstrata International.

“Se trataría de una operación inédita en el sector – comentó The Wall Street Journal-, al combinar una minera importante con uno de los principales operadores de materias primas” (03/02/12). Glencore es el mayor corredor listado en bolsa de commodities del mundo, particularmente de aluminio, níquel y otros metales, siendo conjuntamente un importante comercializador de petróleo, granos y azúcar.

En abril de 2011, antes de comenzar a transarse en bolsa, Glencore International AG fue calificada por The Wall Street Journal como “una de las sociedades más sigilosas y lucrativas del mundo” (14/04/11). Fue constituida en 1974 por Marc Rich, un antiguo operador de materias primas, fugitivo de la justicia estadounidense, perdonado cuando Bill Clinton vivía sus últimos días como presidente de EE.UU. La empresa fue vendida en 1994 a personas que trabajaban con Rich. Iván Glasenberg, su actual presidente ejecutivo asumió a comienzos del presente siglo.

La participación accionaria de Glencore en Xstrata tiene muchos años. El consorcio minero suizo ingresó a la bolsa de Londres en 2001. En esos mismos días  Xstrata compró a Glencore títulos de activos carboníferos. “Este negocio – relató The Wall Street Journal – se convirtió en la columna vertebral de la compañía (…). La salida a la bolsa y el pacto del carbón con Glencore dieron inicio a una ola de adquisiciones de Xstrata que culminó con la compra de la canadiense Falconbridge Ltd. por US$ 18.800 millones” (14/04/11). Esta adquisición dio relevancia a la transnacional suiza en la economía chilena. La inserción bursátil de Glencore transformó a un grupo de sus accionistas en actores con patrimonios bursátiles altos, alcanzando el de Iván Glasenberg a US$ 9.500 millones.

Las negociaciones para la fusión se iniciaron el año 2006. Glencore se beneficiará de los yacimiento que en el mundo posee Xstrata, incluidos obviamente los que controla en Chile – que una vez más cambiarían de propietario por acuerdos contraídos fuera del territorio nacional -; mientras que la minera se fortalecerá con la red de ventas de Glencore, constituida por 54 oficinas en diferentes países y 8.000 abastecedores. Xstrata explora y explota cobre, carbón de coque, carbón termal, ferrocromo, vanadio, zinc, oro, plata y plomo. Posee explotaciones en Australia, Sudáfrica, Alemania, Argentina, Reino Unido y Chile, donde se encuentra su unidad de negocios cuprífera. Cerca de un 70% de todos sus activos mineros lo conforman dos recursos: carbón y cobre.

Glencore ya antes del acuerdo poseía el 34% de las acciones de Xstrata. En las asambleas, para la aprobación de la fusión, se requiere que un 75% de los accionistas de la empresa minera, sin considerar el porcentaje ya en poder de Glencore, den su aprobación. Los accionistas de Glencore de concretarse la fusión quedarían con un 56% de la nueva empresa. En opinión de Mick Davis, consejero delegado de Xstrata, que tendrá la misma función en la empresa fusionada, el acuerdo “ofrece una oportunidad única para crear un nuevo modelo de negocio en nuestra industria para responder a un entorno cambiante. Las fuentes de suministro – añadió – están cambiando desde regiones mineras tradicionales a localidades más complejas y dispares, con una variedad de caras nuevas (…) a la búsqueda de acceso a los mercados. Al mismo tiempo – destacó -, el crecimiento de la demanda ha cambiado desde Europa, Japón y Estados Unidos a las economías emergentes de Asia” (08/02/12). A su turno, Iván Glasenberg recalcó: “Hemos creado una nueva potencia en el negocio mundial de materias primas”.

Glencore comercializa  una amplia variedad de productos, desde agrícolas a mineros, incluyendo desde luego el cobre, en una veintena de países, contando con una oficina en Chile. A su vez, Xstrata en el país tiene el control de Doña Inés de Collahuasi en partes iguales (44% de las acciones cada uno) con Anglo American. El 12% restante está en poder de un consorcio japonés encabezado por Mitsui. Posee además Lomas Bayas, el complejo Metalúrgico Alto Norte, el yacimiento binacional El Pachón y Energía Austral, que tiene un proyecto hidroeléctrico en Aysén, paralelo al de Endesa y Colbún. El Pachón tendrá el yacimiento y la planta concentradora en territorio argentino y desde Chile se transportará el metal, utilizando la infraestructura portuaria.

El acuerdo tuvo lugar en un momento de incremento de fusiones y adquisiciones en los sectores minero y metalúrgico.   Glencore Xstrata International competiría con la norteamericana Freeport – McMoRan Copper como el segundo mayor productor de metal rojo, después de Codelco. La adquisición tiene un costo de unos US$ 45.000 millones, siendo la mayor efectuada en el sector minero. Con anterioridad la más grande era la realizada en 2007 por la angloaustraliana Rio Tinto PLC por US$ 42.933 millones para dar nacimiento a Rio Tinto Alcan Inc. El acuerdo se materializará mediante un canje de acciones.

Hace dos años Xstrata propuso a Anglo American efectuar una “fusión entre iguales”, que no prosperó. Es presumible que después de la fusión Glencore Xstrata vuelva a la carga teniendo presente que la sudafricana tiene una capitalización bursátil considerablemente más baja. “La fusión de Xstrata y Glencore, con una capitalización conjunta de US$ 90.000 millones – comentó Financial Times – reforzó la especulación de que Anglo podría ser el próximo objetivo. Si la operación Xstrata-Glencore tiene éxito – añadió -, Anglo pasará de quinta a sexta minera del mundo” (11/02/12).

A nivel mundial existe una intensa disputa por el control de recursos mineros. Ello exige al país refrendar la disposición constitucional que establece la propiedad estatal de los yacimientos de la gran minería y convierte en un hecho aún más urgente resolver de acuerdo con el interés nacional la situación producida con (AAS), al cuestionar la empresa anglosudafricana la opción de compra de un 49% establecida a favor de Codelco, que debía haberse concretado en enero y se va transformando en un largo debate en los tribunales, limitándose hasta ahora en lo fundamental el Estado chileno a expresar su apoyo a las formulaciones de Codelco.

Por Hugo Fazio

El Ciudadano


[1] Profesionales del Cobre, año 3, nº 12, diciembre 2011, págs. 28 y 29.


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