Una larga lucha por la justicia: Inicia primer juicio por bebés robados en España

Durante el franquismo y los primeros años de la democracia española, supuestamente más de 300.000 recién nacidos fueron robados a sus madres y entregados a otras familias adoptivas

Una larga lucha por la justicia: Inicia primer juicio por bebés robados en España

Autor: Nelytza Lara

El primer juicio por un caso de bebés robados en España se abrió este martes, décadas después de conocerse que numerosos recién nacidos fueron sustraídos a sus madres para ser entregados a familias adoptivas bajo la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

El doctor Vela, de 85 años de edad, trabajó en la clínica San Ramón de Madrid, como Sor María Florencia Gómez Valbuena, la primera persona a la que un juez abrió diligencias en España y llegó a ser citada para declarar como imputada, pero la monja alegó problemas de salud y cuatro días después falleció, en enero de 2013.

Entre los años 1960 y 1990 multitud de neonatos fueron separados de sus madres, a quienes se les dijo que sus bebés habían muerto, para entregárselos a otras familias, en la gran mayoría de los casos, a través de cuantiosas sumas de dinero. El último incidente del que las asociaciones tienen constancia, data de 1993 e incluso tienen localizados a algunos que fueron llevados al extranjero.

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Este martes se movilizaron los afectados en búsqueda de la justicia.

La Fiscalía pide 11 años de prisión para el doctor por participar en el robo de Inés Madrigal, que nació en 1969 y fue sustraída de su madre biológica y entregada a una mujer estéril, a quien Vela le había recomendado fingir un embarazo con cojines, mientras que la acusación particular solicita trece años de cárcel.

La denuncia se interpuso en 2010, cuando la madre de Inés Madrigal, le reconoció que ella no era su madre y que un médico se la había dado. Desde entonces comenzó la búsqueda tanto de su familia biológica como de la reparación en los juzgados. Así, por primera vez, uno de los tantos casos llega ante la Justicia española, reseñó RT.

El Ministerio Público acusa al doctor Vela de un delito de sustracción de menor de siete años, otro de suposición de parto cometidos por facultativo y otro de falsedad en documento oficial y fija, además, de una indemnización a Inés Madrigal de 350.000 euros.

Este miércoles continuará la audiencia con la declaración de otros cinco testigos antes de dar paso a la prueba pericial con las comparecencias de dos peritos y la documental. Este mismo día se elevarán las conclusiones e informes de las partes y el juicio quedará visto para la sentencia una vez el acusado haga o no uso del turno de última palabra.

El médico  ya declaró como imputado en diciembre de 2013 en relación con la denuncia del robo de Inés Madrigal, aunque se desvinculó de esa supuesta trama y negó su participación en los hechos, pues aunque reconoció su firma en el certificado de nacimiento de Inés Madrigal dijo que “firmaba cosas sin mirarlas”. Y añadió que no se explicaba ese hecho porque no conocía a Inés Pérez, una mujer estéril que figura como la madre biológica de la denunciante, pero que en realidad era madre adoptiva.

En declaraciones a Efe, Inés Madrigal no presume de ser el primer caso de un bebé robado que llega a juicio. No odia al doctor Eduardo Vela. Incluso sueña con que aparezca en la sala con el registro bajo el brazo, pero enseguida recuerda lo que un día les dijo a decenas de ‘niños’: “No busquéis a vuestras madres, nunca las encontrareis”.

Fueron precisamente estas palabras  las que motivaron a  la denuncia de Madrigal, cuya historia ha logrado sentar en el banquillo por primera vez en España a un ginecólogo de 85 años, acusado por el robo de bebés.

Inés Madrigal tiene pendiente una prueba de ADN con sus supuestos hermanos. Pero ella quiere pasar a otro lado. “El resultado me lo voy a guardar”.

Seis décadas robando y vendiendo bebés

Según la asociación SOS Bebés Robados de Madrid, se calcula que el proceso comenzó en 1938 y duró hasta los años 90, y que más de 300.000 niños fueron separados de sus familias biológicas de manera irregular.

Las familias que se hacían cargo de los recién nacidos en muchos casos eran cómplices, en otros, a pesar de las enormes cantidades de dinero que pagaban, creían que se trataba de una adopción regular.


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