Concertación repitió con dirigentes tradicionales para alcaldes
Contentos quedaron los concertacionistas con los más de 300 mil participantes en su consulta para candidaturas a las municipales, pese a que no se vio por ningún lado a los “nuevos liderazgos”, los “rostros nuevos” ni el recambio en las opciones para los electores.
“Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Parafraseando, aunque la Concertación por la Democracia se vista de primarias, queda igualita. Si bien los altos mandos de las colectividades concertacionistas celebraron la participación de más de 300 mil ciudadanos en la consulta del primero de abril para definir los candidatos y candidatas a alcaldes(as) en cientos de comunas, lo concreto es que sirvió, esencialmente, para que quedaran en esas nominaciones los mismos y mismas de siempre. Por lo demás, las primarias comprometieron a alrededor de la mitad de las comunas donde habrá elecciones; en las otras, siguen los mismos.
Hernán Pinto y Gonzalo Duarte, ambos militantes de la Democracia Cristiana (DC), son ejemplos emblemáticos de todo eso. Triunfaron en esas primarias como “cartas seguras” de la máquina electoral del partido de la flecha, después de ser alcaldes varios años, postularse al Congreso y ser parte del fichero antiguo de la ahora opositora Concertación.
El caso de Pinto revistió más polémica, al punto que su contrincante, la socialista Paula Quinta (considerada mujer ligada a Michelle Bachelet), declaró que no trabajaría por la candidatura del DC debido a su historial. Y es que este personero tuvo que hacerse pruebas de ADN, fue interrogado por el juez Sergio Muñoz y estuvo investigado en relación a una red de proxenetas, además de enfrentar situaciones delicadas en investigaciones policiales y ser responsabilizado de la crisis económica de la ciudad de Valparaíso, asunto que le habría costado su salida como alcalde. Hernán Pinto fue alcalde designado en 1990, por el ex Presidente Patricio Aylwin. Después fue electo entre 1992 y 2000. Ya en 2009 quiso ser senador por la Región de Valparaíso y perdió, obteniendo apenas un poco más del 7% de los votos.
Gonzalo Duarte estuvo varios años al frente de la alcaldía de La Florida y, como ocurre con muchos jefes comunales, la pretendida popularidad lo tentó para partir al Congreso como candidato DC, logrando estar sólo un periodo como diputado. Derrotado en esas lides, ahora dijo que prefiere ser alcalde y volvió a las andadas municipales, dejando atrás a otro integrante de la maquinaria concertacionista, el ex intendente y ex diputado Víctor Barrueto, del Partido por la Democracia (PPD).
La verdad es que a la DC le fue bastante bien en estas primarias, porque eligió a sus candidatos en muchas de las comunas donde entraron a la pelea contra postulantes de otras colectividades concertacionistas. En todo caso, desde dentro del propio conglomerado surgieron voces atribuyendo el éxito democratacristiano “a la maquinaria” electoral de ese partido, mal que mal con historial ad hoc, como fue el caso que le habría costado la candidatura presidencial al fallecido Gabriel Valdés, beneficiándose Patricio Aylwin de un denunciado fraude en las primarias de la DC de 1988. En todo caso, hasta el presidente de la DC, Ignacio Walker, habló de “acarreo” por parte de los partidos para imponerse en las primarias.
LA EMBARRADA EN EL PS
Si de recurrir a los mismos o mismas de siempre, otro caso notorio fue el de Carolina Tohá. Presidenta del PPD, ex diputada y ex ministra, nombrada de repente como presidenciable, irá como candidata a alcaldesa por Santiago, después de derrotar a la también ex ministra, Laura Albornoz (DC). Lo cierto es que la propia Tohá reconoció en una entrevista con La Tercera que lo que está pendiente es cómo los partidos designan a quienes serán potenciales candidatos.
Donde las primarias no tuvieron “el resultado esperado”, fue en el Partido Socialista (PS), lo que trajo una cola larguísima. Candidatos “fuertes” de esta colectividad fueron derrotados por sus colegas de la Concertación y ello llevó a que, en una reunión interna, el presidente de la colectividad, Osvaldo Andrade, criticara duramente al secretario general, Fulvio Rossi, por no haber hecho la pega en las primarias, responsabilizándolo tácitamente de los magros resultados. Por cierto, ambos son parlamentarios del PS. Así las cosas, Rossi decidió renunciar a la directiva, y se sumó el también legislador Marcelo Díaz, generando un terremoto en la directiva socialista.
En este caso, las primarias concertacionistas no sirvieron para acentuar posibles prácticas democráticas. El propio Rossi, sobre el PS, declaró: “Nos hemos transformado en un partido que no tolera ni la disidencia ni el sano debate democrático. Un partido muy en la lógica del pensamiento único». Agregó que «hoy en el Partido Socialista, las decisiones no se toman en los órganos de deliberación colectiva”. Además, reportó que «nuestro presidente -Osvaldo Andrade- aceptó que no se realizaran primarias en Macul, Cabildo y Temuco, afectando los derechos de militantes que se inscribieron, cumpliendo con todos los requisitos». Y remató con que «quienes han administrado el poder durante 20 años, usando el timbre de la Concertación a su antojo, quieren recuperar el poder en dos años más. Pero lo quieren hacer sin convicción, sin ideas nuevas”.
Como sea, a las primarias se presentaron 336 militantes que compitieron por el cupo de candidato a alcalde en alrededor de 140 comunas. En todas las demás será candidato a jefe municipal el que ya está y en otras diez la Concertación apoyará a aspirantes del Partido Comunista, cifra que podría aumentar si concede espacio en el pacto por omisión a postulantes del Movimiento Amplio Social (MAS) y del Movimiento Amplio de Izquierda (Maiz).
Por Hugo Guzmán Rambaldi
El Ciudadano Nº123, segunda quincena abril 2012
Fotografía de Terra.cl