Marian Ilitch, es una de las mujeres más ricas del mundo por mérito propio y comenzó su imperio invirtiendo todos sus ahorros para establecer una pizzería.
Según Forbes, Ilitch tiene una fortuna valorada en 5 mil millones de dólares, y según sus palabras, “todo comenzó invirtiendo todos mis ahorros y los de mi esposo para abrir una pizzería”.
El negocio comenzó en un pequeño barrio de Detroit, EE.UU. en 1959, luego de que convenciera a su esposo (fallecido el año pasado) para abrir el primer local de Little Caesars, la tercera cadena más grande de este tipo de comida en su país.
La empresaria confesó que el comienzo no fue fácil, “lo más difícil fue convencer a mi esposo de invertir en el negocio”, que hoy tiene restaurantes abiertos en Asia, Medio Oriente, Australia, Canadá y América Latina.
Origen Familiar
El inicio del proyecto no fue por casualidad para Ilitch, puesto que comenzó como ayudante del restaurante de su padre cuando era una niña.
Sus primeras tareas eran rellenar los servilleteros, ocuparse de que nunca faltara sal, salsa u otras especias. Abandonó el negocio familiar un tiempo para ingresar en la universidad, pero después de graduarse en humanidades y pasar por algunos trabajos como empleada de reservas de Delta Airlines, Ilitch decidió abrir su propio negocio.
Luego de convencer a su esposo, y discutir el nombre de la inversión (Él quería llamar al local “Pizza Treat), abrió la tienda con un convenio entre los dos: se llamó “Little Caesar’s Pizza Treat”.
Confesó que siempre le gustó el nombre de Little Caesar y con el pasar de los años así se dio a conocer. En 1979 saltó a la fama gracias al eslogan publicitario de “Pizza, Pizza”.
Simplicidad
El modelo de negocio inicial de este matrimonio de Detroit fue crear un menú simple y atractivo que las familias, en especial con con niños pequeños, y que pudieran pagar.
Con esa bandera se hicieron un pequeño lugar en el mundo de los restaurantes que más adelante dio lugar a Little Caesars Pizza.
Diversificación
Pero la pizza no ha sido lo único que hizo millonaria a Marian Ilitch. El hockey, uno de los deportes favoritos de esta empresaria estadounidense, también ha tenido que ver. En 1982 decidió comprar junto a su esposo Los Detroit Red Wings, un equipo perdedor que bajo su propiedad se convirtió en triunfador en un gran número de campeonatos.
También compraron el edifico del teatro Fox, en la misma ciudad, para renovarlo y convertirlo en la sede mundial de Little Caesars.
Ilitch es además propietaria, junto a Little Caesars Entreprises y NHL Detroit Red Wings, de Blue Line Foodservice Distribution, Little Caesars Pizza Kit Fund y Champion Foods, entre otras compañías. En 2017 los ingresos totales de éstas superaron los 800 millones de dólares.