El gobierno australiano ha reforzado sus leyes de vacunación en un intento por elevar sus tasas hasta niveles récord. Según una declaración de Dan Tehan, ministro de Servicios Sociales, a partir de este 1 de julio los padres que no vacunen a sus hijos perderán parte de sus subvenciones quincenales.
Aquellos que reciben los pagos de la Parte A del Beneficio Impositivo Familiar, disponibles para familias que ganan alrededor de $59,100 USD, perderán $21 USD cada dos semanas por cada niño que no esté actualizado con las vacunas requeridas.
«La inmunización es la forma más segura de proteger a los niños contra las enfermedades prevenibles por vacunación», explicó Tehan. «Los padres que no inmunizan a sus hijos, ponen en riesgo [a éstos] y a los hijos de otras personas», agregó.
Las políticas de vacunación varían en todo el mundo, tanto dentro como fuera de las naciones. En los Estados Unidos, por ejemplo, es obligatorio que los niños reciban un conjunto de vacunas o de lo contrario no se les permitirá ir a la escuela.
Existen excepciones para quienes tienen problemas médicos legítimos, por lo que es importante que todos los demás se vacunen. Gracias al principio de inmunidad colectiva, si todos los demás están vacunados, permanecen aislados de la enfermedad en cuestión. Desafortunadamente hay excepciones, por razones personales, religiosas y filosóficas, que hacen a algunas familias rechazar la inmunidad otorgada por las vacunas.
Estas ideas también se han propagado en Australia, por lo que algunos padres que se oponen fundamentalmente a la idea de las vacunas probablemente reciban la sanción financiera. Esta medida aumentaría las tasas de vacunación y continuaría el éxito que ha tenido la nación con sus leyes de vacunación cada vez más estrictas.
Parents who refuse to immunise their children will begin paying for the choice from today. The government will slash fortnightly family payments by $28 per un-vaccinated child as part of their no jab, no pay policy.#7News pic.twitter.com/9VnbOnwuYX
— 7NEWS Sydney (@7NewsSydney) July 1, 2018
En 2015, el Gobierno canceló las exenciones religiosas para las vacunas y varios estados australianos también comenzaron a cumplir con la política No Jab, No Play (sin pinchazo no hay juego), que prohíbe a los niños no vacunados asistir a centros educativos y guarderías. También han prohibido las exenciones para quienes se oponen a las vacunas por razones morales o filosóficas.
En 2016, el país introdujo su política No Jab, No Pay, lo que significaba que los padres de los niños no vacunados perderían un suplemento de pago de beneficios por hijos al finalizar el año, aproximadamente $544 USD.
En consecuencia, 246.000 niños más fueron vacunados y la tasa de inmunización en el país subió al 92,2%. Esto a pesar del hecho de que el movimiento anti-vacunas sigue siendo una amenaza clara y presente. Como informó ABC News en febrero, los anti-vaxxers en Queensland y en otras ciudades australianas establecieron sus propios servicios sociales a fin de evadir parcialmente las leyes vigentes.
Esta última iniciativa del Gobierno es una alteración de las leyes No Jab, No Pay; un cambio a una reducción quincenal en lugar de una penalización anual. Según Tehan, este esquema proporcionará «un recordatorio constante para que los padres mantengan actualizada la inmunización de sus hijos».
Fuente: IFLScience