Tras la «polémica» vivida esta semana en la comuna de Las Condes, donde algunos vecinos protestaron contra la construcción de un edificio de departamentos sociales en la Rotonda Atenas, nuevamente se abrió el debate sobre la falta de viviendas disponibles para los sectores más pobres de Santiago.
En ese sentido, de acuerdo a un análisis realizado por la Fundación Vivienda, basado en los microdatos del Censo 2017, actualmente existiría un déficit habitacional de 138.966 viviendas en la capital.
Según consignó La Tercera, el cálculo fue hecho en base a las viviendas denominadas “irrecuperables” o de baja calidad constructiva (piso de tierra, material muy ligero en techos y paredes), y también al determinar la cantidad de personas que se declaran como allegadas o hacinadas.
El análisis indica que la mayor brecha la registra Santiago Centro, con 13.755 (9,96%) inmuebles; seguida por Maipú, con 6.154 (4.45%) propiedades, y San Bernardo, con 5.962 (4,32%) residencias. En Las Condes, la cifra llega a 2.131 (1,54%) inmuebles. En la contraparte, se encuentran comunas de más recursos como Vitacura, con 281 casos, y La Reina, con 967.
En cuanto al déficit cuantitativo en la capital, este corresponde a un 39,5% del total a nivel nacional, donde se señala además que en las 16 regiones del país faltan un total de 349.989 inmuebles para sectores de menores ingresos, de acuerdo con el mismo estudio.
El reporte agrega que las casi 350 mil viviendas que se requieren a nivel país representa una cantidad menor a la registrada en décadas anteriores, pues, por ejemplo, en 1996 había un déficit de 563 mil viviendas en Chile, mientras que en 2000 era de 474 mil hogares.
Felipe Arteaga, director ejecutivo de la Fundación Vivienda, explicó al matutino que los datos «le preocupan», pues en pleno «crecimiento» económico del país aún hay personas que no pueden acceder a una casa o departamento.
“Debe existir una nueva política habitacional, que incluya que estas personas puedan tener acceso a vivienda, pero en lugares céntricos, y que las personas no sean expulsadas a la periferia de la ciudad”, dice Arteaga, quien visibiliza un dato importante: muchas personas que tienen la calidad de allegadas en comunas como Santiago Centro, es porque eligen vivir en un lugar cercano a sus trabajos, con buen comercio y equipamiento.
Por su parte, Roberto Moris, académico del Instituto de Estudios Urbanos de la U. Católica, explicó en el mismo reportaje que en la década de los ’90 se realizó una masiva entrega de subsidios por parte de la autoridad, con el fin de superar el déficit habitacional.
Pero, dice el especialista, “el problema es que miles de hogares fueron construidos en lugares alejados, sin centros deportivos, áreas verdes, comercio de calidad o acceso a centros de salud”.
Un ejemplo emblemático de esto se da en poblaciones como Parinacota, en Quilicura, o en los asentamientos ubicados al sur de Puente Alto, los que no contaban con espacios públicos de calidad o servicios tan básicos como bomberos o cuarteles policiales.
Por eso, Moris afirma que además de emplazarse casas, debe haber una “mejor planificación sobre los lugares para superar el otro déficit: el cualitativo en las ciudades”, concluyó el académico.