Que la selección nacional de fútbol de Francia haya ganado la Copa del Mundo Rusia 2018 y otros equipos de Europa destacaran durante las distintas fases del torneo, como ha ocurrido en las últimas ediciones mundialistas, representa un reto para Suramérica, región que tuvo sus tiempos de gloria en el pasado.
Si bien por América del Sur asistieron Brasil, Uruguay, Argentina, Colombia, Perú, y por Centro y Norteamérica lo hicieron Panamá, Costa Rica y México, ninguno de estos combinados logró avanzar, al menos, más allá de la tercera fase del torneo, siendo el conjunto brasileño la última esperanza para la región sureña.
El torneo contó con las actuaciones de jugadores estrellas como Leonel Messi por Argentina, Edinson Cavani y Luis Suárez por Uruguay, Neymar y Marcelo por Brasil, Juan Guillermo Cuadrado y Yerry Mina por Colombia, y Paolo Guerrero por Perú, entre otros. Cada uno, a su ritmo, dio indicios que su tiempo como estelares comienza a acabar y deja pocas ilusiones para el Mundial Qatar 2022, por mencionar el torneo más cercano.
Es una realidad más que demostrada con hechos y estadísticas. Frente a ello, los jugadores y seleccionadores nacionales deben proyectarse con estrategias para afrontar a equipos de la nueva élite mundialista.
Este Mundial cerró con la victoria de Francia ante Croacia, dos selecciones europeas que por mérito y buen fútbol lo merecieron desde el inicio. Cada uno demostró un nivel de preparación superior a los equipos de Suramérica en los últimos Mundiales, teniendo como última gran actuación la de Brasil en 2002, cuando se coronó pentacampeón frente a Alemania. Luego Argentina estuvo cerca de la Copa, en 2014, quedando como subcampéon.
Este Mundial Rusia no tuvo una destacada actuación de quien defendía la Copa (Alemania). Sin embargo, desde 2006 la Copa del Mundo ha sido un asunto completamente europeo en la final.