De acuerdo a cifras entregadas por la Subsecretaría de Prevención del Delito, entre el año 2008 y el primer trimestre del 2018, la Policía de Investigaciones y Carabineros han registrado 30.643 casos de delitos sexuales. De esta cifra, 2.046 son cometidos por menores de entre 14 y 17 años, mientras que 1.014 cuentan con la participación de niños inimputables ante la justicia. A partir del reporte de la entidad estatal, se desprende que un 10% de los delitos sexuales totales tiene a menores de edad en su autoría.
Según reporta La Tercera, en el año 2011 se produjo la mayor cantidad –157– de delitos sexuales cometidos por menores de 14 años (inimputables). En tanto, en lo que va de este 2018, ese registro alcanza los 11 casos.
Dos de estos casos corresponderían a hechos ocurridos en las últimas horas en Santiago. Durante la noche del lunes, una mujer fue violada en el Parque de los Reyes por cuatro hombres, dos de ellos menores de edad: un niño de 13 años y un adolescente de 16. A esta agresión se suma la denuncia de una niña de 8 años, quien contó a su madre que fue violada por tres menores de 8, 9 y 12 años, respectivamente.
Impulsividad y sexualización
El integrante del Instituto de Criminología (Inscrim) de la PDI, Gonzalo Ulloa, explica que los menores que cometen delitos sexuales no tienen un perfil en particular, solo presentarían características comunes. “Tenemos una situación de impulsividad conflictiva e incapacidad de contenerla y actuar adaptativamente. Además, hay elementos antisociales reflejados en este tipo de conductas, así como un componente de transgredir a un otro”, comentó a La Tercera.
El funcionario de la policía civil expone además la relevancia de la actuación en grupo para los casos con niños y/o adolescentes involucrados. “A esta edad, el grupo de pares presenta una mayor preponderancia, se validan y refuerzan en este actuar delictivo, y por eso lo hacen acompañados. Además, estos menores ya vienen con un desajuste en cuanto a la educación primaria, que da cuenta de un precario desarrollo moral y una poca visibilización a respetar los derechos de los demás”, señaló.
Además del entorno delictual, expertos de otros campos identifican la sexualización a temprana edad como uno de los factores detonantes en niños con potencial de agresor sexual. “La comunicación de masas y la cultura occidental han expuesto a una sobreerotización y a una hipersexualización a los niños, afectando negativamente su desarrollo mental y emocional”, afirmó Solange Anuch, psicóloga de la Clínica Alemana, al matutino de Copesa.