Uno de los capos de la droga en Bolivia, socio de Pablo Escobar Gaviria, dejo la cárcel en La Paz tres meses después de ser deportado desde Estados Unidos, donde purgó una condena de 28 años por narcotráfico. Jorge Roca Suárez, alias “Techo de paja”, abandonó el penal de San Pedro en el centro de La Paz. Un juez le otorgó la libertad condicional, informó el miércoles su abogado Fernando Mealla al diario boliviano El Deber.
“Lo primero que hará mi padre será juntarse con su familia después de más de 28 años. Irá a ver a su padre de 94 años” a Santa Ana, una pequeña ciudad del oriente, dijo al respecto la hija de Roca, Rocío Suárez.
Roca Suárez, de 67 años, fue el principal narcotraficante en los años ’80 y destronó del imperio de las drogas a su tío Roberto Suárez, conocido como “el Rey de la cocaína”. Ambos eran proveedores del Cartel de Medellín, comandado entonces por el colombiano Pablo Escobar, asesinado en una redada policial en esa ciudad en 1993.
En 1990 fue capturado
La historia de Jorge Roca Suárez como el narcotraficante más grande de Bolivia llegó a su fin el 13 de diciembre de 1990, cuando fue detenido por la Justicia de los Estados Unidos en Los Ángeles, California.
Roca fue sentenciado a 30 años. Lo que queda de su condena deberá cumplirla en la modalidad de arresto domiciliario en La Paz, según Mealla. En abril de este año, viajó custodiado desde EE. UU. a Bolivia en un vuelo comercial. Pisó suelo boliviano por primera vez en casi tres décadas.
Pero la libertad le duró las horas de vuelo que separan la ciudad de Los Ángeles y el Aeropuerto Internacional de El Alto, en La Paz. Al llegar a la terminal aérea de la capital boliviana, nuevamente lo esperaban los uniformados con esposas. Fue trasladado de inmediato a una celda, donde permaneció los últimos meses.
La justicia estadounidense confiscó al narcotraficante 16 departamentos en California y cuentas millonarias. En Bolivia, la policía le expropió casas, haciendas, ganado y caballos de raza.
Desde su detención en Estados Unidos evitó hablar públicamente sobre su vida. Rompió silencio al llegar a Bolivia. “Hicieron un mito, una creación de fantasía con mi nombre”, declaró al El Deber en mayo. También señaló que ni siquiera conoció a Pablo Escobar Gaviria.