Estamos acostumbrados a ver que en las películas de ciencia ficción son los adultos que recaban la información útil para las operaciones de seguridad de Estado y esta práctica usada por siglos en la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos, involucra a niños y adolescentes en sus más de treinta agencias localizadas en diversos países de los cinco continentes y que trabajan conjuntamente con el Jefe de la Casa Blanca.
El Reino Unido parece no quedarse atrás y la policía, así como la inteligencia de ese país, ha copiado la política de Estados Unidos en cuanto a la utilización de niños y adolescentes como espías en sus operaciones encubiertas contra «terroristas, pandillas y narcotraficantes».
Aunque un comité de la cámara alta del parlamento británico se encuentra escéptico de que los infantes y jóvenes puedan cumplir con las operaciones de inteligencia, hace un llamado a las pretensiones del Gobierno de conceder a los organismos autorización para incluir a los niños en estas labores encubiertas de seguridad.
Lord Trefgarne, presidente del comité de escrutinio de la legislación secundaria mostró su preocupación de extender de un mes a cuatro meses el período de tiempo para el proceso de reinscripción de cada niño.
«Nos preocupa que capacitar a una persona joven para participar en actividades encubiertas asociadas con delitos graves durante un período prolongado de tiempo pueda aumentar los riesgos para su bienestar mental y físico«, señaló.
Ben Wallace, ministro de Seguridad del país europeo, indicó que los jóvenes poseen mayor capacidad para infiltrarse en las sociedades y obtener acceso único a las informaciones de manera más rápida que un adulto.
«Las fuentes infiltradas de inteligencia humana juvenil pueden tener acceso único a información, particularmente para recopilar pruebas sobre grupos delictivos», resaltó el ministro.
Funcionarios del Ministerio del Interior aseguraron a un medio local que «las fuentes encubiertas de inteligencia humana juvenil se utilizan muy raramente y solo cuando (…) no hay otra forma menos intrusiva de obtener la información necesaria».
Con las apreciaciones de los servidores de alto nivel coincide Neil Woods, exagente encubierto británico, quien confirmó conocer casos en que infantes participaron en operaciones encubiertas en años pasados, pero son casos eventuales. Sin embargo, alertó que esta práctica podría aumentar los riegos y la violencia que enfrentan los muchachos integrados en las pandillas que de por si son vulnerables.
«Exponer intencionalmente a niños al terrorismo, al crimen o al abuso sexual (…) va directamente en contra de las obligaciones del Gobierno en materia de derechos humanos, que exigen que los intereses de los niños se sitúen en el centro de las decisiones que los afectan», declaró Rosalind Comyn, responsable de leyes y políticas de Rights Watch Reino Unido.
Ahora la interrogante de muchas personas es: ¿cuántos niños y adolescentes han sido utilizados en operaciones encubiertas de Estados Unidos y sus naciones aliadas entre ellas Reino Unido, para invadir naciones? En los planes desestabilizadores de la región latinoamericana.
¿Será que los pequeños han sido protagonistas de labores de inteligencia que han asediado y continúan atentando contra la soberanía de las naciones de la región?, valdría la pena investigar a profundidad los casos de Venezuela, Nicaragua, Brasil, Cuba, Honduras y otros países de América Latina.
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