Movimientos sociales argentinos repudiaron la visita de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Largarde, a Buenos Aires, declarándola persona non grata y rechazando el acuerdo del gobierno de Mauricio Macri con el ente financiero multilateral.
Las organizaciones sociales que integran la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) realizaron un acto en rechazo al stand by acordado con el FMI por 50 mil millones de dólares, cuyo primer desembolso (15.000 millones) se está liquidando a razón de 100 o más millones de dólares diarios a través de la subasta que realiza el Banco Central, reseñó Página12.
Tanto los gremios laborales como la mayoría de la oposición no reconocen la legitimidad del acuerdo y consideran la nueva deuda como “odiosa o execrable”. Aunque las protestas contra el FMI son moneda corriente en Buenos Aires desde hace años, la cena de Lagarde con Macri constituye el espaldarazo del ente multilateral al gobierno.
#LaTormentaPerfecta ya llegó, tiene nombre y apellido (y mucha mucha plata para llevarse mucha mucha más) #FMI #FMITips #Macri #Lagarde pic.twitter.com/fLN66Z4FnQ
— Hamartia🎯 (@RevistaHamartia) July 20, 2018
Aunque la visita se debe a una cumbre de ministros de Finanzas en el marco del G-20, que preside Argentina, pocos dudan de que el polémico acuerdo será el principal tema de conversación entre Lagarde y Macri en su reunión del viernes.
En mayo, en medio de una corrida cambiaria que devaluó el peso 30%, Macri anunció que el FMI prestaría al país hasta 50.000 millones de dólares. Lagarde y el titular del Banco Central, Luis Caputo, están reunidos en el Centro de Exposiciones y Convenciones de Buenos Aires, donde a continuación se llevará a cabo la cumbre económica de ministros de Finanzas del Grupo de los 20 (G20), informó el diario Clarín.
En portales de América Latina y el mundo se han hecho la pregunta sobre si peligra el acuerdo con el FMI, si Argentina no cumple, ante la delicada situación financiera de la nación sureña y las erradas políticas de Macri desde que asumió la presidencia. La imagen divulgada en el portal de Clarin, arroja luces.
El FMI pagó el primer desembolso sin que el gabinete de Macri haya enderezado el entuerto de la economía. Es decir, el organismo multilateral le da un apoyo político al Gobierno de Macri, para que la derecha se mantenga en el poder.
Esta es la señal que enviaron los mercados internacionales a través del FMI: Apoyamos un gobierno de derecha en Argentina, por lo que los reales para Macri están seguros, a pesar de que el líder de Cambiemos se desvíe un poco del camino trazado.
La reunión entre Lagarde y Macri le sube el clima de tensión política que existe en Argentina, y, entre otras cosas, vaticina más protestas en contra del acuerdo firmado entre el organismo internacional y el gobierno de Mauricio Macri.
Por la cuerda floja del FMI
Dos noticias económicas producidas esta semana muestran la cuerda floja por la que camina el Gobierno. Por un lado, se divulgó la inflación de junio, que marcó un aumento de precios del 3,9%, una cifra que, si nada extraordinario ocurre, pone en riesgo la meta de terminar el año con un índice anual por debajo del 30%, una de las exigencia del FMI.
Además, para poder cumplir con las exigencias del FMI, Macri deberá hacer un ajuste fuerte en la economía. Al respecto, el ministro del aŕea, Nicolás Dujovne, anunció esta semana una reducción en el déficit fiscal, por sexto trimestre consecutivo, llegando a 0,9% del PIB en el segundo trimestre el año; una buena noticia frente al FMI, cuya obsesión es que la balanza de pagos del Estado esté en equilibrio para 2020.
Pero esto son dos detalles y falta mucho por recorrer. Macri tendrá que dejar el «gradualismo» y hacer un ajuste más fuerte de la economía. Lo que viene es una mayor austeridad, como cerrar la contratación de empleados públicos y no aumentar sueldos.
Esto significa que, en el año que buscará la reelección, su política económica tendrá como principal objetivo bajar el gasto público, reducir la construcción de obras, bajando en 15% el presupuesto de empresas públicas en 2019.
Ademas, sacar los subsidios a servicios como gas, electricidad y transportes que ya venían siendo intervenidos, con aumentos de hasta 500% de tarifas. Sangre, sudor y lágrimas para un pueblo que lleva la carga de los sacrificios, establecidos en el acuerdo con el organismo multilateral.