A fines de junio, el presidente Sebastián Piñera presentó el Comando Jungla, un grupo de 80 carabineros entrenados en Colombia y Estados Unidos para conformar una suerte de “policía antiterrorista” en territorio mapuche.
Ha pasado casi un mes desde el estreno del escuadrón represivo y en la ex Nueva Mayoría criticaron fuertemente la estrategia gubernamental. Para el senador José Miguel Insulza (PS), “estamos dañando la imagen del país al decir que Chile es un país afectado por el terrorismo. Tenemos que abordar el tema de La Araucanía en sus raíces, no sacamos nada con seguir con la represión. Mientras haya los niveles de desigualdad que hay, siempre van a seguir produciéndose, porque se crea el clima adecuado”, según consignó biobiochile.cl.
En la misma línea, su compañero de partido, el diputado Manuel Monsalve, manifestó que “en la región de La Araucanía no hay jungla, tampoco hay una guerra. Lo que hay son pueblos originarios y la relación con ellos se construye con derechos, no con guerra, no con represión”.
Si bien desde la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) rechazaron la incursión militarista impulsada por el Gobierno, descartaron alinearse con la postura de los parlamentarios socialistas. En conversación con El Ciudadano, el vocero político de la organización mapuche, Héctor Llaitul, calificó como un “aprovechamiento político” la postura asumida por los congresistas y recordó la responsabilidad de otro militante PS, el ex subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy.
“Las declaraciones de personeros políticos como Insulza y Monsalve, haciendo una crítica respecto de la salida represiva que tiene el Gobierno de derecha, nos llaman la atención y pensamos que la verdad no tienen la moral para criticar, en circunstancias de que un miembro de su mismo partido, como Mahmud Aleuy, fue el responsable político y directo de los ilícitos que se cometieron en el marco de la Operación Huracán. Debiera ser formalizado por los tribunales”, señaló el dirigente.
Para Llaitul, “está en entredicho la actuación de un partido (Socialista) respecto de cómo van a afrontar un conflicto que es histórico”, por lo que los llamó a “que terminen con su farsa de que hoy, por estar en la oposición, puedan decir que están acompañando la causa mapuche. Eso es absolutamente falso”.
De la NM a la derecha: “una continuidad”
Los descargos del vocero de la CAM apuntan a toda la ex Nueva Mayoría (NM), en función de que era la coalición gobernante al momento de concretarse la denominada Operación Huracán, mediante la detención de ocho personas en septiembre de 2017, entre ellas el propio Héctor Llaitul. «Ellos fueron parte de un plan binacional e hicieron alianza incluso con un gobierno de derecha (el de Macri en Argentina), en contra del movimiento mapuche autonomista”, remarcó.
Llaitul observa una “continuidad” en el tratamiento de la situación mapuche entre lo que fue la Concertación/Nueva Mayoría y la administración piñerista. De hecho, sostiene que el conglomerado que gobernó con Michelle Bachelet es una derecha “más moderada”.
“La NM igual está en función de un tipo de economía de orden capitalista, basada en el extractivismo en esta parte del Wallmapu, que ha arremetido con mucha fuerza sobre nuestro pueblo, particularmente en lo que dice la industria forestal y con otro tipo de inversiones que, por ocupación, han desposeído a nuestra gente de sus derechos más fundamentales en relación al territorio y a la autonomía”, planteó el dirigente.
Y añadió: “Se pueden situar desde la oposición, pero cuando llegan al poder, pasan a asumir las mismas funciones de lo que han significado las políticas en contra de nuestro pueblo, sobre la base de la estrategia del garrote y la zanahoria. Ciertamente, van a levantar algunas banderas, pero son como para generar este tipo de desconcierto”.
La parafernalia del Gobierno
Para el vocero de la CAM, la generación del Comando Jungla responde a una “construcción artificiosa de parte de la derecha y de los medios de comunicación, para hacer creer a la gente que existe terrorismo”. En el despliegue policial, dice Llaitul, “hay mucha parafernalia” y se sustenta en la respuesta del Gobierno a su “masa clientelar” presente en La Araucanía.
El dirigente mapuche describe a esta “base social” como una “masa votante para la derecha dura y más fascista, porque ciertamente hay un núcleo de poder muy fuerte, que está ligado al más alto empresariado. Los grupos económicos que operan en esta parte son prácticamente los dueños de este país. Estamos hablando de los Matte, los Angelini, los dueños de empresas como Enel, que están comprometidos con estos proyectos que vienen por nuestros recursos tierra y agua, al amparo de esta pseudo democracia”.