Este miércoles 25 de Julio y en medio de un movimiento feminista internacional que se fortalece, la Coordinadora Feminista en Lucha CFL convoca a la sexta movilización por el derecho al aborto. La brisa verde del otro lado de la cordillera, las movilizaciones estudiantiles en contra del acoso y las nuevas formas de articulación del movimiento feminista que se vienen tejiendo contra la precarización de la vida desde el 8 de marzo hacen de antesala a esta movilización.
Aborto libre legal seguro y gratuito: el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos
El molde de reproducción social que impone este sistema prohíbe que las mujeres seamos sujetas con derechos mínimos. La privación de decidir libremente sobre nuestros cuerpos, es la negación a decidir el curso que queremos para el rumbo de nuestras vidas y aquello es un eje vertebral para mantener la reproducción de este orden social y con ello aleccionar la producción y reproducción de un modelo que se sustenta en la precarización de las vidas del 99% de la humanidad. Dejar de pensar a las mujeres como incubadoras, fabricantes y sostenedoras del trabajo reproductivo y de cuidados, es un peligro inminente que cuestiona de fondo a las instituciones que reproducen este sistema y su orden social.
Cada año se realizan 22 millones de abortos en el mundo de forma insegura, lo que produce la muerte de 47.000 mujeres y discapacidades en otras 5 millones, según la OMS. En Chile como es sabido hay un fuerte subregistro de la práctica del aborto por estar penalizado. Según las cifras del Minsal (Ministerio de Salud) se realizan 30 mil abortos anuales, que son los que llegan con complicaciones a los centros de salud, lo cual proyecta que la cifra de abortos realizados va desde los 80 mil hasta los 200 mil anuales. El aborto en 3 causales sólo contempla un 3% de los abortos realizados, por lo cual la consigna en la cual se enmarca esta sexta movilización es también una posición política sobre quienes mantuvieron el pacto transicional y que se negaron a garantizar el derecho a las mujeres a decidir.
La realidad entonces es que el debate no es aborto SÍ o aborto NO, la realidad es que el aborto se practica y que son miles de mujeres las que día a día se ven obligadas a interrumpir embarazos en condiciones de riesgo y si bien todos los abortos son clandestinos, son las mujeres más precarizadas y pobres las que se enfrentan día a día a riesgos de muerte, desangramientos, infecciones, medicamentos en mal estado, cárcel y/o criminalización social. Por tanto el derecho al aborto legal es también una cuestión de clase y de justicia social, que va de la mano con el derecho democrático de las mujeres de decidir libremente si continuar o interrumpir un embarazo para construir el curso de sus vidas. “Desde lo científico, religioso, jurídico, ético y social existen tantas y tan diversas miradas sobre los conceptos de vida y de persona, que el único criterio válido para resolver la interrupción del embarazo debe ser el que cada mujer decida por y para sí misma” [3] , en ese sentido es un tema de salud pública que debe estar garantizado para todas las mujeres y cuerpos gestantes por el Estado, en condiciones dignas, íntegras y decididas libremente por quienes se lo realizan.
La tríada una propuesta para pensar en otras bases
En los marcos del Neoliberalismo, cada derecho es un negocio mercantilizado al ritmo de la especulación de los grandes capitales: La salud, la educación, la vivienda, las pensiones, la infancia. La campaña por el derecho al aborto del otro lado de la cordillera ha propuesto una tríada, que plantea de manera integral una forma de comprensión de las labores reproductivas por tanto del derecho a los cuerpos y la sexualidad que no sólo nos parece coherente, sino también profundamente necesaria. En chile aquella tríada hace posible pensar en ir más allá, para ser propuesta que siente bases de desmantelamiento de las ataduras sobre las que se sostiene este sistema.
Educación sexual integral, laica, gratuita para poder decidir, nos pone la tarea de construir esa otra educación y pensarla como un derecho garantizado para el conjunto de la sociedad, que permita la posibilidad de decidir las vidas que queremos y cómo las queremos sin el negocio empresarial y las herencias del genocidio dictatorial con las que hoy carga. Hace siete años la movilización estudiantil cambió la noción de educación de mercado hacia un sentido común garantizado como un derecho, hoy con nuevos aires y en el hilo del feminismo atravesando de conjunto las instituciones educativas podemos imaginar nuevamente en esa masividad, nuevas formas de conquistar y construir esa educación a través del fortalecimiento de las organizaciones con carácter de totalidad que sobrepasen la sectorialidad.
Anticonceptivos para no abortar, de la mano con la consigna anterior es la garantía del libre acceso a una anticoncepción de calidad, por tanto la sexualidad y el placer como un derecho que esté garantizado por la salud pública gratuita, integral y de calidad para todas y todos en marcos de una nueva educación que no ponga a las mujeres como las responsables de la anticoncepción, sino al conjunto de la sociedad.
Pensar aquello es posible y necesario, es un acto de justicia para construir formas democráticas de organización y de poder que nos inviten a la antesala de una sociedad con otras bases. Si la movilización no se detiene, no habrá quien nos detenga.
Este 25 de Julio salimos nuevamente a la calle con el hilo de la historia de miles de mujeres que llevan dando esta batalla hace años, te invitamos a marchar junto a nosotras, a organizarnos de conjunto para pensar y construir el camino, Por el aborto libre legal seguro y gratuito y por todos nuestros derechos.
[3] Mujeres en revolución, la nueva ola feminista mundial. Juntas y a la izquierda,
ediciones la montaña 2017.
(*) Maura Gálvez-Bernabe es Militante de Juntas y a la izquierda-Movimiento Anticapitalista