Los barcos cargueros del mundo utilizarán gasoil con menor concentración de azufre pasando de 3,5% al 0,5%, a partir del 1 de enero de 2020 para disminuir la contaminación ambiental; pero esta medida lejos de ayudar a mejorar la calidad de vida de los habitantes, la polución podría afectar considerablemente a la tierra, teniendo como epicentro a los mares.
La medida tomada por la Organización Marítima Internacional (IMO, por su sigla en inglés) que obedece a mitigar los riesgos de contaminación del medioambiente elevará los costos de la producción del petróleo hasta los 200 dólares.
Philip K. Verleger, experto en mercados petroleros advierte que el aumento del crudo y las nuevas normas conllevarán a que las refinerías en el mundo inviertan muchos recursos para satisfacer la demanda del oro negro en bajas cantidades de azufre.
El analista explicó que las únicas opciones que tienen las petroleras está destinada a instalar depuradores para remover el mineral o elegir gas natural licuado; pero ambas acciones son costosas.
Verleger considera que para el 2020 la producción de diesel bajo en azufre se incrementará en un 7% y agregó que muchas naciones no tendrán la capacidad de responder a las necesidades del mineral, inclusive los elevados costos llevarían a eliminar el mar para el traslado del combustible.
Otras de las desventajas es la caída del precio combustible con alto contenido de azufre y esto generaría grandes consecuencias en el reemplazo de las fuentes de energías siendo aprovechadas por las centrales eléctricas.
A juicio de Verleger, la contaminación marítima se trasladaría de altamar a la tierra con grandes probabilidades de que las refinerías del mundo no cumplan con la nueva regulación de la IMO.
«La actividad económica caerá y, en algunos lugares, se detendrá. Los costos de los alimentos subirán, debido a que los agricultores, que no podrán pagar el combustible, reducirán las plantaciones. Las entregas de bienes y de materiales a fábricas y tiendas serán más lentas o se detendrán», explicó Verleger al referir los efectos que traerá la ley en 2020.
Así mismo, comentó que las proyecciones nefasta alcanzarán «las ventas de vehículos caerán en picada, especialmente las de utilitarios que consumen mucha gasolina» y sostuvo que «uno o más de los principales fabricantes de automóviles de EE. UU. irán a la bancarrota o incluso echarán el cierre».
Culmina su análisis detallando que los ajusticiamientos hipotecarios de viviendas se elevarán en los EE. UU., Europa y otras naciones del mundo. Además, la tasa de desempleados será de millones.
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