El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, afirmó este viernes que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, deberá abandonar en algún momento su asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, donde lleva refugiado desde junio de 2012.
«Es incluso violatorio de los derechos humanos que una persona permanezca demasiado tiempo asilada», dijo Moreno en un desayuno informativo en Madrid.
«Jamás he estado de acuerdo con la actividad que realiza el señor Assange, nunca he estado de acuerdo con las intervenciones en los correos privados de la gente para poder obtener información, por más valiosa que sea para sacar a la luz ciertos actos indeseables de Gobiernos o de personas», ha manifestado el mandatario. «No es la forma. Existen formas correctas y legales de hacerlo», agregó.
La agencia Sputnik reseñó que el mandatario ecuatoriano dijo estar en comunicación «permanente» tanto con el Gobierno británico como con el equipo legal del fundador de Wikileaks, para buscar una solución a su situación.
«Con la única persona con la que no he hablado es con el propio Assange», afirmó Moreno, que se mostró convencido de que «el diálogo es el mejor mecanismo de entendimiento».
Manifestó que la salida de Assange se tenia que hacer conversando.
«Si estamos hablando de que el diálogo es el mejor mecanismo de acercamiento y de entendimiento, hemos de ser nosotros los primeros en practicarlo», ha agregado Moreno.
En ese proceso de diálogo para encontrar salidas, la única exigencia del Gobierno ecuatoriano es la obtención de «garantías» que indiquen que la vida de Assange «no va a correr peligro».
«Lo único que queremos es la garantía de que su vida no va a correr peligro«, aseveró.
Moreno se refirió al refugio de Assange en la embajada ecuatoriana en Londres como «un problema heredado del anterior Gobierno» de Rafael Correa.
Assange, que permanece incomunicado desde el 28 de marzo, se amparó en la sede ecuatoriana tras perder todas las apelaciones contra la extradición que Reino Unido se aprestaba a cumplir, atendiendo al pedido de la Fiscalía sueca que lo requería para juzgarlo por presuntos delitos sexuales.
El también periodista rechazaba su extradición alegando que Suecia lo entregaría a Estados Unidos, donde podría enfrentar la pena de muerte por haber publicado miles de documentos secretos que destaparon las atrocidades del Ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
El informático tiene una causa pendiente con la justicia del Reino Unido por burlar las condiciones de su libertad provisional y refugiarse en la embajada de Ecuador.