Son muchos los debates existentes en tornos a los “piropos” (halagos que se le expresan a una mujer) y más si son callejeros, así como este, “mami ese c… si está rico”. Hay todo tipo de piropos desde los decentes que si bien no enamoran al menos producen una risa por la gracia de su contenido.
Otros piropos son realmente ofensivos, porque su constructo no es nada halagador, es aquí donde las mujeres pasan a ser víctimas de este tipo de mensajes ofensivos, machistas y vulgares. Estos dichos son emitidos en su gran mayoría por hombres, es en muchas ocasiones considerados obscenos para las mujeres que lo escuchan o reciben.
Estas frases groseras se convierten en un delito de acoso sexual, en pocas palabras son acciones que generan violencia de género.
Algunos psicólogos manifiestan que este es un problema social que radica en la educación familiar que se le da al hombre desde la infancia, en enseñarlos a respetar desde pequeños a las mujeres.
Isabel Mastrodoménico directora de la Agencia de Comunicación y Género, quien tiene la experiencia de trabajar con adolescentes en encuentro de saberes sobre la igualdad de género, asegura que es necesario educar también desde los medios de comunicación masivos en especial la televisión. Este proceso debe considerarse desde dos aristas.
La primera, es “estudiar los constantes mensajes de campañas publicitarios donde se refleja a la mujer como un objeto extremadamente sexy para poder vender cualquier producto que no tiene nada que ver con la sensualidad del cuerpo femenino” enfatizó la directora.
Otro aspecto que agregó Mastrodoménico fue sobre “las innumerables campañas contra el acoso sexual hacia la mujer, pero no se estudia la raíz del problema, porque no se explica públicamente cuáles son los privilegios de los hombres y de qué forma él puede intimidar a una mujer”.
Todo radica en la educación desde la infancia
Mientras que María García, directora de programas de Mujeres en Igualdad enfatiza que “a la mujer se le ha venido acosando sexualmente es porque ha existido el machismo que ha desprestigiado al género femenino”; por ejemplo, “cuando llega una mujer a una reunión, el primer comentario entre hombres es si está buena o no”, a lo que García recalcó “terminan desprestigiando a la mujer”.
Ambas especialistas llegan a la conclusión que una de las formas que pueden ayudar a bajar los índices de acoso sexual desde un piropo mal sano hasta una agresión sexual, es la educación en los hombres desde la infancia, porque si se le dice a un niño que sus partes íntimas las puede utilizar con las mujeres para ser un verdadero «macho» (descripción de hombre desde la percepción de animal), y se les enseña a tocar las pompis de una mujer, “que puedes esperar de ese futuro hombre”.
Aunque puedan resultar en un principio juegos, los comportamientos que le enseñamos a los niños y niñas desde muy pequeños, pueden generar actitudes machistas.
“Tienen que respetar a las mujeres no porque podamos ser su hermana, su madre o su prima, simplemente porque somos personas con los mismos derechos que ellos” acotó Mastrodoménico
Para María García, la educación es esencial en todos los niveles, esta situación podría evitarse con planes obligatorios en los colegios, «la Ley de Igualdad y la de Violencia de Género es importante impartirla en todos los colegios.