La empresa de transporte de Viena Wiener Linien decidió distribuir 14.000 desodorantes entre los pasajeros que utilizan el metro para combatir el mal olor.
De igual forma, estudia la posibilidad de prohibir comidas como la pizza o kebab, las cuales junto al calor del verano resultan una combinación perfecta para generar el ambiente desagradable en los vagones del subterráneo.
Influencia del cambio climático
El cambio climático está haciendo mella en la ciudad de Viena, al aumentar cada verano las temperaturas 0,2ºC para alcanzar los 30 grados centígrados. Estas subidas producen malestar entre los usuarios del metro de la ciudad.
El olor, según los usuarios, es producido por la cantidad de comida que se consume en los vagones y por el sudor corporal de la gente. «Me incomoda mucho el olor de ciertos alimentos, pero creo que el problema real es el sudor de la gente», admite Susanna, una pasajera habitual.
Jetzt seid ihr gefragt: Welches Essen soll ab September in der U6 tabu sein? Oder wollt ihr ein generelles Essverbot? Stimmt ab auf https://t.co/M5rcnSuVP0! pic.twitter.com/PhwIkm6yH0
— Wienerinnen Linien (@wienerlinien) July 25, 2018
La empresa de transportes publicó un tuit que enlazaba directamente a una encuesta para los usuarios del metro, la preguntas van desde qué alimentos debían estar prohibidos o si estaba a favor de la restricción. La compañía decidió, de manera provisional, aplicar la medida de restricción de comida a lo largo de la línea de metro U6.