El presidente de estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, pretende ocultar el fracaso de su política migratoria con la petición de reforzar la frontera para no dejar entrar a los mexicanos en el territorio estadounidense, al usar como excusa la alta tasa de “violencia” de México.
“Una de las causas por las que necesitamos una fuerte seguridad en las fronteras radica en el crecimiento de la mortalidad en México a causa del aumento de los homicidios en 2017 en un 27 %, con 31 174 personas asesinadas, ¡un récord!”, escribió este martes Trump en su cuenta de Twitter.
El mandatario atacó en el mismo tuit al Partido Demócrata por respaldar el derecho humanitario de los inmigrantes que llegan a EE. UU. en busca de refugio, según reseñó HispanTv.
“Los demócratas quieren fronteras abiertas. ¡Yo quiero seguridad máxima en las fronteras y respeto a la Policía de Migración y Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) y nuestros grandes profesionales del orden público”, termina el mensaje.
Las políticas de Trump han generado protestas de manifestantes tanto en EE. UU. como en la Ciudad de México, en especial contra la controvertida «Tolerancia Cero» de Washington contra los migrantes.
Los manifestantes, entre ellas varias familias con hijos, repudiaron la semana pasada la política de separación de familias migrantes aplicada y posteriormente derogada -por presión internacional- por el newyorkino.
El Gobierno de EEUU empezó el 6 de abril a enviar 4.000 efectivos militares a la frontera con México para hacer frente a los inmigrantes y sus familias.
Este despliegue se hizo en conformidad por la “Tolerancia Cero” adoptada por Trump en las zonas fronterizas contra las familias inmigrantes, lo que dio lugar a la separación de aproximadamente 13 000 niños de sus padres.
Poco antes, el 21 de febrero, la Administración estadounidense había comenzado además a construir un muro fronterizo que divide el estado de California del país vecino sureño, con una financiación de 33 000 millones de dólares.
En un principio, Trump había afirmado que el muro lo financiaría México, algo que nunca aceptó el Gobierno de Enrique Peña Nieto, pero luego el inquilino de la Casa Blanca admitió lo pagarían los propios estadounidenses, pero que los gastos se recuperarían mediante aranceles comerciales o mediante una reducción de la asistencia al Ejecutivo mexicano.