Ante la nueva amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles de 25% sobre importaciones de China por 200.000 millones de dólares, el gobierno asiático advirtió que responderá con contramedidas en caso de que los impuestos a la importación de los productos chinos continúen siendo aumentados.
El portavoz de la Cancillería, Geng Shuang, indicó en una conferencia de prensa en Pekín que la presión de EE. UU. sobre el comercio no le dará resultados, y subrayó que China siempre ha defendido el uso del diálogo para resolver los problemas comerciales.
Asimismo, señaló que las potenciales represalias de Pekín a una escalada de la guerra comercial tendrían como objetivo la protección de los legítimos derechos e intereses del gigante asiático.
Tras imponer aranceles a la importación de lavadoras, paneles solares, acero y aluminio, 34.000 millones de dólares en productos chinos, Washington anunció el pasado 10 de julio una nueva lista de bienes a ser gravados, que representan unos 200.000 millones de dólares.
Amenazó con una tasa de 10%, pero ahora planea un gravamen de 25%, según informó The Washington Post.
Según Bloomberg, representantes del secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, y el viceprimer ministro chino, Liu He, están en conversaciones para retomar las negociaciones.
De acuerdo con fuentes gubernamentales, la medida serviría para lograr concesiones comerciales de Pekín. Al respecto, Trump había declarado que estaba dispuesto a imponer aranceles a todas las importaciones de origen chino si fuera necesario.
Washington acusa a Pekín de robo de propiedad intelectual cuando firmas tecnológicas estadounidenses se asocian con empresas chinas para hacer negocios en ese mercado.