El 31 de julio de 2017, fue visto por última vez el artesano Santiago Maldonado, quien participaba junto a un grupo de personas en el reclamo territorial que se realizó en el Pu Lof en Resistencia de la comunidad mapuche de Cushamen, en la provincia argentina de Chubut.
El joven de 28 años pasó esa helada noche de invierno allí y se sumó al día siguiente a un corte de la Ruta Nacional 40 para visibilizar el reclamo.
La Gendarmería argentina había desplegado un impresionante operativo. Cuando llegó la orden judicial de «despejar» el corte de ruta no dudaron en iniciar una «cacería». Sin autorización del Juzgado, dispararon balas de goma. Fue la última vez que se vio con vida a Santiago.
Aquel 2 de agosto su familia presentó un ‘habeas corpus’ ante el Juzgado Federal de Esquel, a cargo de Guido Otranto (quien había ordenado la represión sobre la ruta), denunciando que se trataba de una «desaparición forzada». No obstante, fue el 5 de agosto cuando se realizó el primer rastrillaje en el territorio.
Más de dos meses después, el 17 de octubre, el cuerpo de Santiago apareció sin vida en el Río Chubut, a pesar de que la zona había sido rastrillada tres veces por las fuerzas de seguridad y que la comunidad transita habitualmente por allí.
La familia debió garantizar la custodia y traslado del cuerpo para luego realizar la autopsia en Buenos Aires. El informe definitivo llegó más de un mes después: Santiago falleció de «asfixia por inmersión», según los expertos. Esta versión fue aceptada como definitiva por el Gobierno, con lo que el Estado se desligó de toda responsabilidad.
365 días de lucha
Este 1 de agosto se cumple un año de esa desaparición forzada y aún no se ha iniciado una investigación independiente del Poder Ejecutivo, del Ministerio de Seguridad que es el primer responsable en estos hechos, por eso «se dice cualquier cosa» al respecto, cuestionó Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado.
No obstante, hace unos días, el perito criminalista Enrique Prueger dio una versión de acuerdo a sus propios estudios. En declaraciones para RT Actualidad, considera que el joven «murió ahogado y su cuerpo fue escondido en algún lugar antes de ser arrojado al río para que se lo descubriera».
En opinión de Prueger, la evidencia apunta a que el cadáver no estuvo 78 días sumergido. «Todos sabemos que el guantelete de piel de las manos en un cadáver que se ahoga entre 15 y 20 días desaparece, y le sacaron huellas dactilares», indicó.
Doce meses después de su desaparición, aún quedan muchas preguntas sin responder: ¿Por qué las autoridades se toparon con el cuerpo en un lugar por el que ya habían pasado? ¿Se ahogó en ese lugar donde la Gendarmería y la Justicia estuvieron en dos oportunidades y no encontraron el cuerpo? ¿Por qué Santiago se tiró al agua cuando no sabía nadar? ¿Quién atendió su teléfono el 2 de agosto cuando uno de sus amigos lo llamó? ¿Por qué si siempre estuvo ahí, no lo encontraron antes? ¿Cómo es posible que no hayan dado con el cuerpo antes si el río tenía escasa profundidad?
Homenaje a Maldonado
Cientos de argentinos se concentraron este miércoles en la Plaza de Mayo, en la capital, para exigir verdad y justicia por el activista. «Vamos a exigir verdad y justicia no solo por Santiago, sino por todos los detenidos y desaparecidos en dictadura y en democracia», expresó su hermano mayor, Sergio Maldonado.
Varios colectivos de derechos humanos y organizaciones civiles se movilizaron para rendirle homenaje y alzar la voz en la lucha por una política de derechos humanos, sin desapariciones forzadas.
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