Una nueva investigación mostró que una sustancia encontrada en la planta de cannabis podría estimular los tratamientos para los pacientes con cáncer de páncreas. La investigación se llevó a cabo con ratones de laboratorio.
El cannabidiol, o CBD, no es un psicoactivo, lo que significa que no produce sensaciones de intensa percepción en quienes lo consumen. Se extrae de la marihuana y es legal en varios países para uso terapéutico.
Ahora, un grupo de científicos del Reino Unido dice que el CBD podría aumentar el efecto de los medicamentos utilizados para tratar el cáncer de páncreas, una enfermedad que generalmente tiene mal pronóstico. Solo alrededor del 5% de las personas con la condición sobreviven durante cinco años, y alrededor del 80% muere dentro del año posterior al diagnóstico.
«Es muy agresivo, por lo que es muy importante encontrar nuevas terapias para este cáncer», dijo el Dr. Riccardo Ferro, primer autor de la investigación de la Universidad Queen Mary de Londres.
Ferro y sus colegas dicen que si los resultados se replican en humanos, el tratamiento podría dar como resultado que muchos pacientes extiendan sus vidas hasta por años.
Escribiendo en la revista Oncogene, Ferro y sus colegas del Reino Unido, Italia y Australia, describen cómo llevaron a cabo experimentos con células en platos de petri y en ratones vivos que habían sido genéticamente modificados para desarrollar cáncer de páncreas.
Así demostraron que un gen conocido como GPR55 está involucrado en el crecimiento y la multiplicación de células de cáncer de páncreas. Este gen da lugar a proteínas que se asientan en las membranas celulares y detectan varias sustancias, incluidos ciertos productos químicos derivados del cannabis. El equipo encontró que alrededor del 26% de las muestras de cáncer de páncreas humano mostraron niveles elevados de tales receptores, lo que sugiere una acumulación en los tejidos cancerosos, al menos para algunos pacientes.
Entre los experimentos posteriores, el equipo tomó ratones que habían sido genéticamente modificados para desarrollar cáncer de páncreas y los dividió en cuatro grupos.
Diez ratones recibieron CBD, ocho recibieron gemcitabina (quimioterapia), siete recibieron ambos y nueve recibieron un placebo.
Los ratones en el grupo placebo duraron un poco menos de 19 días en promedio, mientras que los del grupo CBD vivieron poco más de 25 días y los del grupo gemcitabina, casi 28 días.
Pero cuando se combinaron las dos sustancias (gemcitabina y CBD), el efecto fue aún más dramático, extendiendo la supervivencia promedio a casi 53 días después de comenzar el tratamiento.
El equipo dice que el CBD bloquea los receptores producidos por el gen GPR55, lo que les impide interactuar con otras sustancias que promueven el crecimiento y la multiplicación de las células cancerosas. Además, encontraron que el CBD dificulta el desarrollo de la resistencia a la gemcitabina.
No está claro si los efectos del CBD también se verán en humanos y se desconoce si el CBD podría interactuar con otras drogas tomadas por aquellos con cáncer de páncreas, pero esas preguntas serán respondidas -al menos parcialmente- cuando se lleven a cabo las primeras pruebas clínicas.
La Dra. Catherine Pickworth, de Cancer Research UK, dijo que es alentador que los investigadores busquen nuevas formas de combatir el cáncer de páncreas, pero que los ensayos clínicos son cruciales y los pacientes deben ser cautos hasta que haya evidencia de que el CBD ayudará a los humanos.
Los profesionales de la salud definitivamente no recomiendan sustituir la terapia convencional por la de CBD únicamente. Este estudio demuestra la acción conjunta de ambas sustancias, pero aún falta mucho camino investigativo para que los resultados sean concluyentes.
Fuente: The Guardian