La militarización de África y el apoyo a regímenes dictatoriales “salvajes y corruptos” por parte de potencias occidentales serían las causas del éxodo de sus ciudadanos. Asegura la investigadora y profesora en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires María Luz Moreno.
Moreno sostiene que los medios de comunicación utilizan argumentos “insulsos e insignificantes” para describir la magnitud del crimen que asola el continente africano. Mientras, regímenes dictatoriales ahogan los movimientos progresistas y anticapitalistas.
Añade, que los migrantes no son solamente personas que huyen de la pobreza sino que “son supervivientes de las guerras” provocadas por la Unión Europea (UE), la OTAN y las grandes potencias económicas con el fin de saquear los recursos naturales de esos países.
Denuncia la existencia de la tortura y la explotación infantil en las minas, donde las corporaciones extraen y se “adueñan” de grandes riquezas minerales como el oro, el uranio, el diamante, el cobre, el petróleo y el coltán.
“La Unión Europea defiende leyes asesinas en África, las cuales han convertido el desierto de Níger en un “gran cementerio”. Asegura, Moreno. Un ejemplo, advierte, lo constituye la llamada “ley 36”, un instrumento jurídico del nuevo “colonialismo” entre muchos mecanismos aplicados por la comunidad europea para el control de sus fronteras exteriores con el fin de regular y sancionar los flujos migratorios.
Derecho al asilo
Para la catedrática el simple hecho que la Unión Europea ponga cuotas para aceptar los flujos de refugiados podría considerarse como un “incumplimiento de la normativa internacional”.
“Y nos hemos dotado de mecanismos efectivos para hacerlo: Declaración Universal de Derechos Humanos; Convención de Ginebra; Convenio Europeo de Derechos Humanos; Carta de Derechos Fundamentales de la UE; Convención de la ONU sobre el Derecho en el Mar; Cartas magnas de cada Estado miembro de la UE. Toda esta excelsa normativa ampara el derecho de asilo y los obliga a acoger a los refugiados”, Afirma.
La investigadora agrega que los Estados europeos tampoco cumplen con los protocolos previstos en los casos de “tragedia” (accidentes de avión, atentados terroristas), pues consideran que la llegada de refugiados a sus respectivos países no puede considerarse como tal.
La población africana que emigra a Europa ha crecido exponencialmente en la última década, de acuerdo con un informe del Pew Research Centre publicado en marzo de este año la mayoría de los desplazados provienen de Nigeria, Ghana y Kenia; y migran principalmente a Reino Unido y Francia, para huir de zonas en conflicto en busca de mayores oportunidades laborales, pero que lamentablemente muchos terminan siendo víctimas de esclavitud moderna.
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