La injuria del enano maldito, horrible y con cara de tonto

Responsabilizar a la Hormiga de ser pisoteada y aniquilada por el Gigante es, a todas luces, una grave injuria que no permite demasiado análisis

La injuria del enano maldito, horrible y con cara de tonto

Autor: Leonel Retamal

Responsabilizar a la Hormiga de ser pisoteada y aniquilada por el Gigante es, a todas luces, una grave injuria que no permite demasiado análisis. Pero, al menos como ejercicio, trataremosde entender de qué manera podría la Hormiga ser el elemento desencadenante de tan sangriento efecto en una relación de causalidad directa, alevosa y además con saña.

El Gigante decide eliminar para siempre a la criatura que le está incomodando. Es una Hormiga particular que destaca por su valentía, consecuencia e inteligencia, además de unos característicos lentes que usa siempre. ¿Cómo podría una Hormiga molestar tanto a tremendo ser vivo que con sólo un soplo es capaz de barrer con toda una colonia de hormigas?

Lo que pasa es que esta especie de hormigas pica muy fuerte. Pues bien, por muy pequeña e insignificante que parezca, la hormiga tuvo la valentía y fue capaz de dirigir a la colonia, enseñándole a la población completa algunos oscuros secretos que dicen relación con el Gigante, quien en realidad es un flojo que no trabaja como ellas para conseguir el alimento. Por el contrario, espera que las hormigas hagan su trabajo y luego les roba, pero nunca menciona esa palabra.

El Gigante, aun cuando la inteligencia no es una de sus principales características, conoce muy bien el arte del engaño. Desarrolló por años y con estudios en las tierras del Norte, donde realmente habita, la habilidad de robar a las hormigas, sin que éstas lo perciban. Es el rey de la simulación, del escapismo. A pesar de esta habilidad, cada tanto surgen hormigas que tienen la lucidez de entrar en cuenta de lo que sucede y que además, como la aniquilada, desarrollan la capacidad de enseñar a sus coterráneas y encausar procesos tendientes a cambiar la situación de injusticia, dominación y violación de la que son víctimas por parte del Gigante egoísta.

Como el Gigante fue bien adiestrado en el arte del engaño y prevé que una revuelta puede ocurrir, mantiene hormigas espías cautivas y también engañadas con pequeñas migajas, que le cuentan lo que se gesta en la colonia. Sin embargo, no se trata de una revuelta para asesinarlo, sólo para poner fin a la situación. La hormiga y sus coterráneas, que sí se caracterizan por su inteligencia, pretenden cambiar la realidad dialogando y respetando algunas de las reglas que el Gigante estableció para la colonia. Deciden tomar cartas en el asunto.

Es así como las hormigas organizadas, con su líder a la cabeza, deciden ir tapando, uno en uno, todos los orificios del hormiguero por donde el Gigante mete sus tentáculos para apropiarse de la producción de la colonia y las inconmensurables riquezas que contiene el hormiguero en sus entrañas y que, a pesar de dichas riquezas, mantiene a las hormigas en un estado de precariedad absoluta.

Como el Gigante no se caracteriza particularmente por su inteligencia y las hormigas organizadas se mueven rápido tapando los agujeros, no alcanza a reaccionar y de un momento a otro las hormigas han clausurado todas las vías del saqueo y toman el control absoluto del hormiguero. Se comienza a respirar otro aire, de libertad y dignidad, de orgullo, compañerismo, felicidad y pasión. Mientras sueñan, las hormigas imaginan que la creación de un mundo mejor es una realidad posible y que el sistema impuesto por el Gigante no está escrito en piedra y se puede cambiar.

Mientras tanto, el Gigante, que como se sabe vive en las tierras del Norte, busca a unos enanos horribles y malditos que habitan cerca de la colonia de las hormigas y se confabula con ellos para hacer la guerra a las hormigas. Desea dar una señal clara para que esto no vuelva a ocurrir, ni en esta ni en otra colonia de las tierras conocidas y por conocer. Le ofrece una buena recompensa a los enanos horribles y malditos: cargos y pomposos nombramientos suculentos que los enanos no pueden rechazar. Sólo deben aceptar que el Gigante se apoderará por siempre de lo que emane del territorio y recibirán jugosas migajas a cambio. Él desea asegurar el procedimiento y dar una lección y por ello que busca e identifica al más sangriento de los enanos malditos y horribles para comandar el asalto, un enano con cara de perro llamado Shit. Es así como la bota del Gigante se extiende desde las tierras del Norte y planta su pisada estruendosa justo sobre el hormiguero que habita la Hormiga, quien lidera la nueva vida en la colonia. La Hormiga inteligente de lentes particulares muere en el acto.

Mientras tanto, los enanos malditos y horribles asesinan y torturan a todo lo que huela a nueva vida, cantada y vitoreada en el hormiguero como unidad popular. La misión es clara, hay que exterminar a todos quienes encausan, participan o simplemente simpatizan con la nueva vida en la colonia, no debe quedar ni uno vivo. Y si queda alguna Hormiga con vida, serán tan crueles los horrores experimentados que jamás volverán a surgir deseos de justicia e igualdad en sus corazones.

Y así es como fue. Se desencadena una de las matanzas más sangrientas de las que se tiene memoria en las tierras conocidas y por conocer. El enano maldito, horrible y sangriento -el perro Shit- toma el poder absoluto de la colonia y ejecuta un mandato general que destruye, viola, asesina y tortura a las hormigas por años, e incluso a uno que otro enano que se da cuenta de lo horrible de la matanza y expresa algún grado de desacuerdo.

En ese momento, el Gigante se quiere asegurar de que nunca más perderá el control del territorio y sus riquezas. Entonces envía a los enanos malditos más fieles y mameros a un riguroso adoctrinamiento en las tierras del Norte con el más destacado experto en tramar un enmarañado sistema de dominación infalible e imprescriptible. Los jóvenes reciben la doctrina gustosos y vuelven a implementar aquel sistema de la forma más extrema que conocida en lugar alguno.

El sistema se implementa a fondo, no sin complicaciones de por medio. Cuando éste ya se considera consolidado y el saqueo crece tanto como la pobreza y la desigualdad, el Gigante piensa que ya está todo seguro. Sin embargo, en esos años las hormigas sobrevivientes ya se estaban volviendo a revelar por las callejuelas de la colonia, ya que la situación de injustica y dolor era insostenible. Entonces, el Gigante, para

no arriesgar el desmoronamiento del sistema de dominación, reemplazará al enano sangriento, maldito y horrible por un enano igual de maldito y horrible, pero con cara y voz de tonto. Es un viejo amigo del Gigante que se hace el bueno y el demócrata, pero que prestó todo su apoyo cuando el Gigante le dio el pisotón a la Hormiga de lentes. De esta forma se volverá a engañar a todas las hormigas, incluso a muchas de las que mantuvieron el conocimiento entregado por su líder de antaño, quienes creerán que el período oscuro se acaba y que podrán volver a soñar con un hormiguero distinto, feliz, más justo y mejor.

No obstante, es simplemente un nuevo engaño y el mejor de todos, porque mantendrá y profundizará el enmarañado sistema de saqueo y dominación, con una característica muy particular: las hormigas creerán que hubo un cambio sin que nada cambie. Con el sólo hecho de reemplazar al enano maldito, horrible y sangriento con cara de perro, que le llamaban tirano, por el enano maldito y horrible pero con cara de tonto, que le llamaban demócrata, hará que la población completa de hormigas permita, sin saberlo, que el enmarañado sistema se desarrolle cada día, extremando los niveles de saqueo, injusticia y desigualdad.

Como todos estos procesos parecen ser cíclicos, y sobre todo por la inteligencia que caracteriza a las hormigas, años más tarde, cuando el enano maldito y horrible con cara de tonto ya no comanda el hormiguero sino uno de sus descendientes directos, aunque con otros colores, las hormigas se vuelven a revelar, cada vez con más fuerza. Los efectos del enmarañado sistema han sido terribles, construye espejismos de engaño, pero bajo ellos la realidad es desoladora. Cada día más, hormigas más enfermas de la cabeza y del espíritu, se convierten en hormigas zombies, siendo el síntoma más común en toda la población.

Así, cuando todo parece estar perdido, y el experimento económico-genético del Gigante funcionaba a la perfección, dentro del hormiguero el último rayo de naturaleza derrota a la tecno-robótica para retomar sabiduría originaria y constatar la realidad verdadera del hormiguero. Son las hormigas más pequeñas, las que no vivieron la sangrienta guerra en sus propias vidas sino las de sus padres y abuelos, quienes se vuelven a organizar y comienzan a soñar nuevamente y construir un hormiguero mejor, más justo, digno, feliz y libre.

En este contexto, reaparece por los medios de incomunicación del enmarañado sistema, el enano maldito, horrible y con cara de tonto. Se ve ya muy viejo pero mantiene la misma cara de tonto y quizás deseando prever y obstaculizar el que las hormigas se vuelvan a revelar en este cíclico proceso, señala a viva voz, voz de tonto por cierto, que la culpa de toda la sangrienta y horrible guerra es de la hormiga que originariamente encausó el proceso de libertad del hormiguero, la de lentes. Lo que piensa sin decirlo, es que la acción de cuestionar y hacer algo por cambiar lo establecido, por injusto que sea, es peligrosa e indeseada.

La actual afirmación del enano maldito, horrible y con cara de tonto, que algunos aún le llaman demócrata, es a todas luces una injuria grave. Por suerte, las pequeñas hormigas lo saben y seguirán rebelándose contra el Gigante y todos sus enanos malditos y horribles cada día con más fuerza, convicción, pasión y alegría. Y que lo sepan el Gigante y toda su tropa de enanos malditos y horribles, las hormigas, además de inteligentes, somos millones y terminaremos por destruir todos los espejismos de su falsa libertad, si sabemos trabajar bien.

Editorial El Ciudadano N° 126

Dibujo de Jaime arias


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