Según un catastro elaborado por el Ministerio Público, y revelado por Emol, al menos el 45% (252) de las víctimas de femicidio consumado, frustrado y tentado entre los años 2011 y 2017 (565) presentó una denuncia contra su agresor. La proporción desciende a un 38% considerando solo los casos donde la mujer murió.
La Fiscalía diferencia el femicidio frustrado del tentado. El primero corresponde a aquel donde el agresor intenta por todos los medios asesinar a la mujer, pero un factor externo se lo impide; mientras que el segundo se asemeja más a una amenaza.
Desde el Ministerio Público indicaron que existen dos factores, por parte de las víctimas, en las causas por violencia intrafamiliar. Las mujeres denunciantes pueden desistir –abandonar el procedimiento contra su agresor– o retractarse –cambiar la versión–. Estas decisiones obedecerían a episodios de violencia presenciada durante la infancia y/o a la dependencia económica y sentimental.
Por otro lado, las cifras de la Fiscalía señalan que el 13% de los agresores tenía una medida cautelar en su contra. En los casos que terminaron con el asesinato de la mujer, un 10% de los victimarios registraba una cautelar.
El informe de la Fiscalía habla de 476 casos de femicidios cuyo proceso judicial ha concluido. De ese total, 67% terminó con sentencia condenatoria, mientras que el resto acabó con sobreseimiento definitivo, decisión de perserverar o absolución.
En los casos con femicidio consumado, un 64% de las causas termina con sentencia condenatoria.
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