Nueve versiones cumple ya el Festival de Cine Social y Antisocial (Feciso), que hoy inicia una nueva edición invernal que recorrerá espacios institucionales, sociales y poblaciones, exhibiendo producción audiovisual que, por sobretodo, aborda la crítica social desde diversos ángulos y busca generar discusión y conciencia en los participantes.
Desde el año 2007, el Feciso ha promovido el espacio de las organizaciones sindicales, sociales, antisociales, independientes o autogestionadas y sus cuestionamientos del mundo social en relación con las tendencias contemporáneas de la cultura audiovisual. Por eso han desarrollado exhibiciones y actividades formativas –siempre desde lo comunitario- en comunas como La Pintana y La Granja, abriendo espacios de creación y reflexión lejos de los canales formales.
Para esta novena versión del Feciso de Invierno 2012, como parte de la selección de trabajos audiovisuales se encuentra, entre varios otros, “Amor de Golpe”, documental de Carla Toro y Mauricio Villarroel que relata la historia de una pareja cuya relación se ve truncada con el Golpe de Estado; los largometrajes argentinos “Crónicas de la gran serpiente”, un relato desde el punto de vista indígena alrededor de los grandes temas que ahogan a la humanidad globalizada, de Dario Arcella, y “Horses”, de Juliana Rodríguez, que parte desde el maltrato a los caballos de tiro en argentina para llegar a temáticas más profundas; y “Postales sonoras: Santiago de Chile” de Claudio Vargas, un trabajo que es un recorrido sonoro-visual por la ciudad que propone una cadena de producción distinta a la tradicional y cuenta con el aporte de diversos fotógrafos y audio 5.1.
A propósito de este trabajo, Vargas explica que les motiva participar del Festival pues “dentro de nuestros objetivos está el aportar a la toma de conciencia de nuestro entorno sonoro, el cual que generamos y formamos parte. También, pretendemos incentivar a la realización de obras audiovisuales que se alejen de los formatos tradicionales tanto en la metodología de realización como en los métodos de difusión”.
Las exhibiciones empiezan desde esta tarde en la Cineteca de la Universidad de Chile, continuando el resto de la semana en la Librería Proyección, la Facultad de Periodismo de la Universidad de Santiago, y finalizando viernes y sábado en las poblaciones El Castillo y Santo Tomás, de La Pintana, donde también habrá pasacalles, música y poesía.
VERSIONES ANTERIORES Y AUTOFORMACIÓN
Desde 2007, Feciso ha abierto un espacio de socialización para la producción audiovisual nacional e internacional interesada en temáticas y formas de creación y distribución no necesariamente comerciales, a la par que se ha transformado en un espacio de reflexión política y estética en sintonía con los movimientos sociales (y antisociales) y las comunidades.
La primera versión contó con la asistencia del reconocido cineasta y documentalista chileno, Patricio Guzmán, quien dictó una clase magistral sobre la creación de documentales, realizando además una retrospectiva de sus más importantes obras. Desde el comienzo, una de las condiciones principales que se estableció para la participación de la competencia fue que cada director presentara su película para hacer una reflexión en torno a esta. “Esta propuesta tuvo un éxito rotundo ya que dio la posibilidad que la población participara en torno a la película recién visionada y se estableciera crítica y reflexión”, señala uno de los organizadores, José Luis Sepúlveda.
Asimismo, el colectivo que organiza el Festival ha desarrollado una escuela de cine popular que “nace por el anhelo de realizar una instancia que contemple como base el compartir el desarrollo de las técnicas y narrativas audiovisuales”, explica Sepúlveda, uno de sus gestores.
La base de la Escuela, explica, está en la comunicación e interacción entre todos los participantes para conseguir libertad creativa, así como la horizontalidad y el intercambio de saberes y experiencias entre los guías y cada uno de los participantes.
El Feciso 2012, que ya tuvo una primera versión de invierno realizada en la cárcel Santiago 1 entre el 22 y 25 de mayo recién pasado, continúa con el sentido del festival “como una actividad que no muera y que sea generada por la unión de las distintas opiniones, actividades y distintas formas de crítica social, de resentimiento y otras posibilidades que puedan ser motivo de expresión para cuestionar y quizás entender la actualidad social”, concluye.
Todas las actividades son con entrada liberada.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano