Las mujeres que habitan el Valle del Río Omo, al suroeste de Etiopía, sufren desde temprana edad mucho dolor con la práctica de una tradición en su tribu conocida como «mursi», que consiste en insertarles un platillo hecho de arcilla entre ambos labios, quedando desprendido el inferior en algunas ocasiones.
“Las mujeres plato”, portan el platillo de acuerdo al color y tamaño, puede tener desde 4 hasta 20 centímetros. Con ello, la mujer simboliza sus propias aspiraciones o su valor social y económico de cara a contraer matrimonio con un pretendiente que aportará más vacas a la familia de la novia, en función de la belleza o calibre expresado mediante tal mutilación.
Se dice que la mujer que luzca un plato o disco de arcilla posee la mejor marca social de cara a ser entregada a un hombre que pagará la dote apropiada por ella.
Otra costumbre sádica y masoquista en esta comunidad consiste en extirparles el clítoris a las mujres, ya que el placer es un gozo negado en la tribu, porque «lo más importantes es procrear».
El historiador Tameru Ragasa, visitante y estudioso de esas tribus, indicó que sin el plato a las muchachas les es más difícil casarse, y las mujeres africanas no tienen ningún valor si no se casan. También, son víctimas de insultos por parte de sus familias.
Esta extraña tradición se realiza habitualmente entre seis y doce meses antes de que una joven se vaya a casar, por lo general alrededor de los 16 años de edad.