En un hecho inédito, que da cuenta de la crítica naciente a las lógicas del fútbol moderno, las hinchadas de los equipos de fútbol se unieron para convocar a una marcha contra el Plan Estadio Seguro. Esta, aseguran será familiar y con todo lo que la normativa pretende eliminar: Bombos, lienzos, banderas y carnaval. La convocatoria es para este sábado desde a las 12.00 hrs en Plaza Italia para iniciar un recorrido familiar y alegre por Parque Forestal hasta la Plaza de Armas.
Amparados en un comunicado conjunto y a través de una convocatoria en Facebook, diversos barristas de equipos de fútbol chileno llevarán a cabo este sábado la primera actividad conjunta para oponerse al Plan Estadio Seguro, liderado por Cristián Barra desde la Intendencia.
En el comunicado, junto con definirse como hinchas de los diversos equipos, parten señalando que son también “ciudadanos, trabajadores, adultos, niños/as, ancianos/as que nos distinguimos por tener una pasión llamada fútbol”. Es por ello que han entabalado una serie de acciones judiciales, por considerar que esta normativa violenta «nuestras libertades personales y de expresión” que, sin embargo, no han prosperado.
Argumentan que, a causa de la puesta en marcha del plan, muchos de ellos “han recibido golpes y represión por parte de Carabineros, sólo por exigir que se respeten nuestros derechos de expresión y la legislación existente”. Y es este el punto principal, porque consideran que este es “un programa que pretende ser una ley, pero sin serlo aún y se ha puesto por sobre la legislación vigente. Han prohibido el ingreso de los bombos e instrumentos musicales acusándolos de promover la violencia, llevando a cabo revisiones humillantes a niños/as, mujeres y adultos mayores”. De hecho, ni los paraguas están permitidos.
Agregan que los hinchas y sus atavíos son “parte de la alegría, la fiesta y el carnaval en el espectáculo futbolístico, y que somos además parte de la idiosincrasia y el folclor de nuestro país, porque representamos a todas las regiones y a la capital de Chile, a sus poblaciones, ciudades y poblados, somos los valores intrínsecos que éstos poseen, somos cultura”.
Y en un arranque de poesía bielsista, el comunicado agrega que “el fútbol representa más que una disciplina: creemos que fomenta la unión, la representación, el sentido de identidad y de pertenencia, es un espacio de recreación, de pasión, de compartir como ciudadanos, amigos/as, como familia. Para nosotros el fútbol es una inspiración, una visión de esfuerzo, perseverancia y lucha”.
Finalmente, hacen un llamado a “todos/as a unirse a nuestra lucha, a todos/as los/as que crean en estas legítimas demandas y reivindicaciones” para lo cual organizaron esta marcha familiar el sábado 9 de junio a las 12.00 hrs, frente al teatro de la Universidad de Chile (Plaza Italia-Metro Baquedano) “para marchar juntos y con alegría por recuperar lo que es nuestro”.
FÚTBOL MODERNO
¿Existió uno antiguo? Tal vez no oficialmente, pero sí una forma de relación entre el equipo y sus hinchadas distinto al actual. Es lo que plantean algunos hinchas y organizaciones en todo el mundo que ven como, por sobre los valores que representa el fútbol (si, en español), sean cuales sean, prima el factor mercantil y económico. Campean las sociedades anónimas, los lujos, las transacciones millonarias, los espectáculos privatizados y normativas como «Estadio Seguro» ya maduran en el fútbol europeo.
Pero es precisamente allí donde más fuertemente ha surgido el germen de este rechazo a este «fútbol moderno» como ejercicio de un negocio, más que expresión de organizaciones barriales, de base, populares o comunitarias. Un ejemplo y paradigma, lo constituye el caso del inglés Manchester United, privatizado y traspasado a manos de las S.A., cuyos hinchas decidieron crear un equipo nuevo, tras la compra del 98% de las acciones por la familia Grazer en 2005. De ahí surgió el FC United of Manchester, que opta a ascender a Conference North, uno de los dos grupos de la sexta división del fútbol inglés, sin apenas apoyos económicos ajenos a las aportaciones de los aficionados.
Existen muchos otros ejemplos a nivel mundial, como el reconocido Sankt Pauli de Hamburgo o equipos argentinos, locales de extendida raigambre popular. Resta ver si en Chile esta primera asonada contra el modelo de negocios del fútbol logra crecer orgánicamente o es sólo una pataleta.
Por Leonel Retamal Muñoz
El Ciudadano