Mujeres del Bío Bío en lucha por reconstrucción, tierra y vivienda

Más de 20 mujeres de la tercera edad, riñendo el frio y la lluvia inacabable, caminando ha contra viento, que golpeaba con fuerza en los rostros, sus lienzos y pancartas. Pero este viento golpeaba con menos fuerza que las bofetadas del Mal Gobierno en el rostro de estas familias.

Desde hace más de dos años, los damnificados y expropiados se vienen organizando en diferentes frentes, avanzando y retrocediendo en sus demandas, pero lo subsistido hoy en la Marcha de la Dignidad y de la Indemnización Justa, demuestra la lucha de los dirigentes y pobladores que gritan BASTA.

Las mujeres como dirigentes en los campamentos, las tomas de terreno, con los expropiados, son la demostración clara de un nuevo rostro de dirigentes sociales en la Región del Bio-Bio, son quienes sufren de la persecución, de los empujones de los guardespaldas del Intendente y Gobernador, de las burlas de las autoridades del SERVIU

Por esto, en la soledad de su unidad, toman fuerza, entre ellas Lorenna Arce de Dichato, María Garrido del Campamento el Molino, Lisa Landeros del Campamento en Coronel, Yuli de la Toma de Terreno Villa Louta, Hilda Sáez de los Expropiados en Coronel, la compañera y vecina Claudia Arriagada de las Deudoras Habitacionales, la Vecina Susana y Carito del Movimiento de Pobladores en Lucha de Concepción, Roxana Miranda ANDHA Chile, Doris de Ukamau, Pilar y Marlene de los damnificados en Talca… suma y sigue.

Las vecinas que se van articulando, desde un trabajo en terreno, desde abajo, en el Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa y la Federación Nacional de Pobladores, hoy muchas de ellas salieron a la calle, se unieron y nos unieron en una larga caminata por la Dignidad, y en Santiago cortando la ruta por la Vivienda Digna.

Desde estos pasos de gigantes, invitamos fraternalmente a unirse a la Federación Nacional de Pobladores y el Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa, sección del BioBio, porque sabemos que el dialogo se termina frente a la sordera del otro interlocutor que niega lo justo, se comienza a unir las fuerzas y los pobladores se organizan.