Ganaderos bovinos alertaron por crisis en su producción

Hoy en día no es extraño encontrarse en el supermercado con bandejas de carnes rotuladas con banderas de Paraguay, Brasil, Argentina, EE.UU. y Canadá. Ello, porque el 80% de la carne bovina que se vende en el país proviene del exterior y sólo un porcentaje menor corresponde del mercado nacional, según informaron a la Comisión de Agricultura de la Cámara distintos gremios del sector cárnico.

En este contexto, el diputado Iván Flores (DC) recalcó que, hoy en día, somos una potencia mundial en producción y exportación de carne de cerdo a Europa y otros lugares. Pero que, curiosamente, con la producción de bovinos hay un problema no menor: el récord que significó la importación de esta carne durante el 2016 se tradujo en la sustitución de la producción nacional. Por ello, el parlamentario hizo el siguiente cuestionamiento al Ejecutivo: «¿Chile quiere o no tener ganadería de vacunos?»

Según el parlamentario, la industria de la carne bovina quedó atrapada en la modificación del 2002 a la Ley 19.162, que si bien tuvo un impacto innegable en la modernización de la actividad, hoy, su foco en la tipificación chilena de las carnes no permite discriminar en la calidad de esta ni estimula un mayor desarrollo de las marcas y de la actividad en general, lo que perjudica tanto al productor nacional como al propio consumidor. “En las carnicerías no he visto jamás que se venda una categoría distinta que no sea la B”, puntualizó.

En esta misma línea, el diputado Jorge Rathgeb (RN) comentó que las exigencias para las carnes que se importan no es la misma a la que se les pide para exportar o para consumo nacional a nuestros ganaderos. «Esta última sí estaría cumpliendo con el ítem de producción sana, por lo que aquí hay un claro mensaje de preferir la carne nacional porque esta cumple con un sistema de trazabilidad, normativa y producción sana”, acotó.

El presidente de la Corporación de la Carnes, Sergio Antonio Willer, pidió a los diputados de Agricultura su apoyo a fin de trabajar por la eliminación de la tipificación nacional que clasifica las carnes de vacuno como B, C y U. Willer explicó que “los organismos chilenos actúan de buena fe, delegando la supervisión a los entes fiscales de otros países, los que no rotulan la carne con las letras que la norma determina”.

Los productores añadieron que la situación se complica cada día más, por ello, como rubro de la carne, abogan por cambios urgentes en la actual ley, ante lo cual la instancia legislativa se comprometió a seguir trabajando con ellos para mejorar la normativa.

Fuente: Cámara de Diputados