Según una encuesta publicada en El Mercurio (EM 11/1/2009) la gente piensa – nunca se sabe a quien le preguntan – que el paquete de estímulo fiscal presentado por el Ministro de Hacienda está motivado por consideraciones electorales y que va a beneficiar principalmente a los más pobres. Economistas entrevistados por el mismo diario para variar lo han considerado «el mejor de la región.» Por su parte, Délano, uno de los dueños del grupo económico Penta, lo estima «muy bueno» (EM 11/1/2009). De este modo, todos se han venido pronunciando al respecto.
El paquete es significativo. Guardando las debidas proporciones, es más o menos la mitad del anunciado por Obama. Es decir, va a tener impacto reactivador. Reconoce la gravedad de la crisis.
Esto es lo principal. Representa en este sentido un viraje respecto de la política sostenida por Hacienda desde hace una punta de años. Y se trata de un viraje en la dirección correcta.
La crisis impone en la cabeza de las autoridades en todo el mundo una visión más realista
del mundo y la economía. Incluso de las más reacias.
El que lo hayan adoptado habla bien del gobierno de la Presidenta Bachelet. De verdad parece haberse tomado en serio aquello que no iba a aflojar las riendas por tratarse del último año. Hay muchas más cosas importantes que puede abordar y dejar un legado muchísimo mejor.
Dicho esto, cabe observar que probablemente va a tener que ser complementado por otro similar en el curso del año. Lo mismo dicen en los EE.UU. economistas críticos respecto del paquete de Obama. Probablemente tienen razón. La situación es realmente muy seria.
Por otra parte, el paquete contempla 1.000 millones de dólares para CODELCO – que es de lo mejorcito que tiene si no le cuelgan flecos privatizadores -, y otros 700 para OO.PP.
Sin embargo, uno de los ítems mayores es la reducción de impuestos de timbres y estampillas, los cuales a cualquiera se le ocurre que van a beneficiar no precisamente a los más pobres.
Ello se compensa en parte con un subsidio directo a las familias de menores ingresos que no es despreciable, aunque mucho menor en monto de recursos asignados.
Este último es el camino más directo para reactivar con gasto público, puesto que lo van a gastar de inmediato.
Se han anunciado paralelamente medidas para agilizar el seguro de desempleo. Como se sabe el que hay hasta el momento es como la antigua «garantía» de pensión mínima de las AFP: los que más la necesitaban no podían acceder a ella. Con los cambios propuestos ello puede mejorar en algo, pero no va a ser solución tampoco.
Al igual que ocurre con las pensiones AFP, el diseño del seguro de desempleo basado en la capitalización individual no es una solución efectiva para tiempos de desempleo masivo. Lo que se requiere es lo que tienen los países más desarrollados: un subsidio de cesantía liso y llano, que asegure la continuidad de ingresos a quiénes pierden su trabajo.
En el caso de Europa, por ejemplo, este ítem es tan significativo que opera como un reactivador automático, puesto que aumenta el desembolso fiscal directo «a la vena» de la economía y lo hace aumentando el déficit, que es precisamente lo que se requiere en momentos como éstos.
Por este motivo, los países como Alemania que tienen muy buenos seguros de desempleo pueden darse el lujo de no anunciar planes de reactivación tan bombásticos como el Reino Unido, por ejemplo, pero sin embargo generar una reactivación del mismo orden de magnitud o mayor, gracias a estos «pilotos automáticos.»
Corea estableció un subsidio de cesantía a nivel de país desarrollado precisamente durante la crisis asiática. Otros países de la región hicieron lo mismo. En pocos años han alcanzado niveles de gasto social de países desarrollados, del orden de 30% del PIB.
China se prepara para subir sustancialmente su gasto social, según informaron los encargados de políticas sociales con los cuales este autor tuvo ocasión de reunirse en diciembre recién pasado. Ahora gastan solo 9% del PIB en estos ítems, y saben que lo van a tener que subir en breve tiempo a más de 20-25%, que es lo que tienen hoy países de la región como Brasil, Argentina o Uruguay.
Chile anda por un 14% del PIB en gasto público social, parecido al promedio de América Latina. La crisis pone en evidencia la necesidad de subirlo, y ofrece al mismo tiempo la ocasión de hacerlo, puesto que es lo mejor para reactivar la economía. Hay que empezar por el subsidio de cesantía.
Manuel Riesco
Economista CENDA