Lejos de las tradicionales marejadas asociadas con los tifones que han estado golpeando distintos puntos de Asia, las tormentas de los últimos días en Filipinas han cambiado su rostro habitual para transformarse en inusuales y desconocidos trenes de olas de plástico que se han encargado de golpear las costas de Manila, la capital del país.
Lo que hasta hace un tiempo solo era destrucción y anegamientos debido al impacto del mar, ahora se ha convertido en verdaderos tsunamis de plástico que ha dejado evidencia la magnitud y contaminación de estos residuos en el mar. Así, mientras las aguas han retrocedido tras el paso del tifón Yagi, lo que ha quedado en las costas son toneladas de plásticos.
“Para entender su magnitud del problema medioambiental que enfrentan los océanos hay que imaginar que cada un minuto llega al mar el equivalente a un camión lleno de plásticos. Enfrentamos, probablemente, el problema medioambiental más importante que hoy desafía a la humanidad”, señala Soledad Acuña, coordinadora de la campaña antiplásticos de Greenpeace.
De acuerdo con la ONG, se estima que el año 2050 existirá más plástico que peces en los océanos y que los desechos que hoy ya están en los mares matan cada año a un millón de pájaros marinos y unos 100.000 mamíferos.