El Papa Francisco condenó enérgicamente este lunes en una carta dirigida al «Pueblo de Dios», “ las atrocidades» cometidas en Pensilvania, Estados Unidos, contra más de 1,000 niños por sacerdotes de la iglesia católica.
En la misiva el sumo Pontífice expresó a todos los católicos «vergüenza» y «arrepentimiento» por los casos de abusos sexual. Reconoció que la Iglesia no supo actuar ni reconocer la gravedad del daño que se estaba causando, luego de ser desvelado el informe de la Corte Suprema de Pensilvania (EE.UU)
Francisco responde así al escalofriante documento que registra 300 casos de «sacerdotes depredadores» sexuales en ese Estado a 1.000 menores como víctimas desde 1940.
Condena enérgica
El Papa inició la carta indicando que «Si un miembro [de la Iglesia] sufre, todos sufren con él». Calificando como un «crimen» los abusos sexuales contra menores en la Iglesia.
Francisco admite que, «mirando hacia el pasado, nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado». Mientras, que «mirando hacia el futuro», añade, nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse».
Cero complicidad
Haciendo referencia al último informe de los abusos sexuales de la Iglesia en Estados Unidos, Francisco afirmó que, «si bien se puede decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado. Con el correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y constatamos que las heridas nunca desaparecen».
El pontífice subraya que, precisamente por ello, es obligación «condenar con fuerza estas atrocidades, así como unir esfuerzos para erradicar esta cultura de muerte» porque «las heridas nunca prescriben».
«El dolor de estas víctimas es un gemido que clama al cielo, que llega al alma y que durante mucho tiempo fue ignorado, callado o silenciado», aseveró.
En las tres páginas de la misiva, critica que hubo «decisiones que aumentaron la gravedad cayendo en la complicidad». «Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas», incide el pontífice. Y clama: «Hemos descuidado y abandonado a los pequeños».
El Papa pide denunciar
El papa informó además que en varias partes del mundo se está trabajando para proteger la integridad de niños y adultos, y para aplicar la «tolerancia cero» , así como medidas necesarias para que rindan cuentas aquellos que realicen o encubran estos delitos.
Cuestionó la demora en «aplicar sanciones tan necesarias». Francisco pide a la Iglesia que ahora responda con «denuncias a todo aquello que ponga en peligro la integridad de cualquier persona».
El papa invita también a los miembros de la Iglesia «a la oración y el ayuno» para que «despierte nuestra conciencia, solidaridad y compromiso con una cultura del cuidado y el ‘nunca más’ a todo tipo y forma de abuso».
«Es imprescindible que, como Iglesia, podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos», añade.
Asimismo, insta «a caminar en la verdad apoyando todas las mediaciones judiciales que sean necesarias».
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