Grupos criminales mexicanos se empoderan con armas provenientes de Estados Unidos

Un informe de la Cancillería mexicana confirma que más de 210.000 armas de fuego son introducidas anualmente de manera ilegal en esa nación procedentes de Estados Unidos, mientras la mayor parte de ella van a parar a manos de las bandas criminales. Así lo indicó el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Miguel Ruiz Cabañas.

«Cada año ingresan en nuestro país más de 200.000 armas ilegalmente desde nuestra frontera norte, alimentando y empoderando al crimen organizado y multiplicando la violencia y la muerte«, dijo el funcionario.

Ruiz Cabañas advirtió que el contrabando de armas afecta gravemente a México. Según han explicado los expertos, esta es una de las principales causas del incremento de la violencia, de la incidencia delictiva y por tanto, del número de muertos en el país azteza.

En 2017, el Sistema Nacional de Seguridad Pública de México registró 16.989 homicidios con armas de fuego. De enero a junio de 2018 se registraron otros 9.458.

Desde Estados Unidos lo admiten

La asociación estadoounidense Gun Violence Prevention at American Progress dice que las armas tienen como destino los grupos criminales mexicanos, los cuales las utilizan para librar batallas contra otras organizaciones y extorsionar a la población civil.

El más reciente informe del Center for American Progress, organización que se encarga de la investigación y defensa de políticas públicas, cita registros de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que revelan que, entre 2011 y 2016, al menos 106.000 armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México.

“Estados Unidos tiene la obligación moral de mitigar su participación en el incremento de la violencia letal en el extranjero”, comenta Chelsea Parsons, coautora del reporte. “Aunque existen muchos factores exclusivos de cada nación que afectan las tasas de delitos violentos, Estados Unidos podría hacer más para reducir los riesgos que plantean las armas de fuego que cruzan la frontera y que se usan para perpetrar delitos en los países cercanos”.