El candidato ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas de intención de voto después del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, suele sorprender cada vez que abre la boca: generalmente por cómo sostiene sus ideas radicales en defensa de la dictadura, la tortura, el machismo institucional y la legalización de las armas.
Al respecto, el diario El País de España reseñó que pese a ese discurso, en una reunión que mantuvo hace días con una veintena de miembros de cuerpos diplomáticos en Brasilia, Bolsonaro llamó la atención por lo contrario. “Parecía una persona mansa. Nos quedamos perplejos”, comenta uno de los presentes bajo condición de anonimato.
El medio español se dedicó a recoger las impresiones de diplomáticos de ocho de los países asistentes al encuentro. “Siempre recurre a sus asesores, nunca sabe dar una respuesta en profundidad. No me parece que sepa qué hará al llegar a la presidencia”, cuenta otro de los asistentes.
Indicaron que sus entrevistados representaban algunos de los grandes socios comerciales de Brasil en Europa, América del Norte, Asia y África. Siete de los ocho dan por hecho que Bolsonaro llegará -como mínimo- a la segunda vuelta de las elecciones y todos creen que, si gana, Brasil sufrirá por su inseguridad jurídica y política.
Bolsonaro ha dejado claro que, en lo político, alejará a Brasil de países que considere “gobernados por dictadores de izquierdas” y, en lo económico, seguirá una lógica trumpiana: dar prioridad a los acuerdos bilaterales frente a pactos con grandes bloques, como Mercosur o la Unión Europea. Pero, como recuerdan estos diplomáticos, Brasil no es un gran agente de la economía global y esta mentalidad podría conllevar graves pérdidas en inversiones. “Esa incertidumbre es lo que más nos preocupa”, valoró uno los diplomáticos.
El Trump brasileño
Bolsonaro es tan partidario de la política del presidente estadounidense que lo apodan “el Trump brasileño”, también por sus insultos. Ha dicho que los afrodescendientes “no sirven para nada” y ha dejado claro que, de ser elegido, relajará las leyes de control de armas de fuego, «para que cualquier brasileño pueda comprar una».
La semana pasada, el candidato aseguró que si gana las elecciones sacará al país de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Si soy presidente, salgo de la ONU. No sirve para nada esa institución”, afirmó.
Para reforzar su postura, el controvertido diputado dijo que, de estar en el poder, “ya habría sacado a Brasil” de la ONU, “no solo por posicionarse contra Israel, sino por estar siempre al lado de todo lo que no sirve”.
El “Trump brasileño” espera emular el inesperado ascenso al poder del actual inquilino de la Casa Blanca. El diario carioca O Globo reveló hace dos semanas que Steve Bannon, exasesor estratégico del magnate neoyorquino, sería consejero eventual en su campaña presidencial.