Restos de adolescente de hace 50 mil años muestran que era hija de neandertal y denisovano

El hueso hallado de una adolescente muy inusual ha sacudido una vez más nuestra comprensión de la historia humana

Restos de adolescente de hace 50 mil años muestran que era hija de neandertal y denisovano

Autor: Sofia Olea

El hueso hallado de una adolescente muy inusual ha sacudido una vez más nuestra comprensión de la historia humana. Hace aproximadamente 50.000 años, Eurasia albergaba dos grupos muy distintos de humanos, separados por miles de años de evolución: los neandertales y los denisovanos.

Ahora, el análisis de un fragmento de hueso de una cueva de Siberia ha revelado que la niña de la que provenía este hueso, tenía una madre neandertal y un padre denisovano.

Usando muestras de antiguo ADN, los científicos han ido desmantelando gradualmente las complicadas relaciones de nuestros ancestros más distantes. Estos esfuerzos han sugerido que los humanos prehistóricos no discriminaban por especie al elegir a sus parejas.

«Nunca pensé que seríamos tan afortunados como para encontrar una descendencia real de los dos grupos», dice el Dr. Viviane Slon, uno de los investigadores detrás del descubrimiento, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania).

La cueva de Denisova, que hasta ahora es el único lugar donde se han descubierto pruebas físicas de los misteriosos denisovanos (una especie humana extinta), ha demostrado ser un tesoro oculto de la historia humana.

El fragmento de hueso en el que se basó el nuevo estudio, denominado «Denisova 11», fue descubierto en esa cueva por arqueólogos rusos en 2012; luego fue llevado a Alemania para su análisis genético.

El mensaje clave del nuevo descubrimiento, descrito detalladamente en la revista Nature, es que hace decenas de miles de años no solo había mestizaje, sino que ocurría con frecuencia.

La cueva de Denisova en las montañas de Altai en el sur de Siberia, donde se encontró el hueso de un dedo de una adolescente mitad neandertal y mitad denisovana. Fotografía: Bence Viola / PA

«Encontrar un híbrido como este en un registro fósil, que ya es algo escaso, seguramente indica que estos apareamientos no pudieron haber sido eventos raros», dijo el profesor Chris Stringer, experto en orígenes humanos con sede en el Museo de Historia Natural de Londres, que no participó en la investigación.

El análisis del genoma también reveló que el padre de la niña denisovana, que tenía 13 años al momento de morir, tenía al menos un antepasado neandertal más atrás en su árbol genealógico, lo que significa que hubo múltiples casos de mestizaje dentro de esta familia.

«Los neandertales y los denisovanos pueden no haber tenido muchas oportunidades de conocerse», dijo el profesor Svante Paabo, pionero en la exploración del ADN humano antiguo que también trabajó en el nuevo estudio. «Pero cuando lo hicieron, deben haberse apareado con frecuencia, mucho más de lo que pensábamos», agregó.

Mark Thomas, genetista evolutivo del University College London, que no participó en la investigación, dijo que la evidencia del mestizaje entre linajes humanos antiguos se puede ver hasta el día de hoy en el ADN de las personas modernas. Alrededor del 5% del ADN, particularmente en personas de Papua Nueva Guinea, podría ser de origen Denisovano.

En los últimos años ha surgido una amplia evidencia de reproducción entre humanos y neandertales, incluido un espécimen humano moderno de Rumania que tenía un antepasado neandertal hace apenas cuatro generaciones.

Si bien los neandertales y los denisovanos eran lo suficientemente similares como para producir descendencia, sus diferencias genéticas eran mucho mayores que las de los grupos humanos en la actualidad.

Fuente: The Independent

 


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