Un total de 116 migrantes que lograron entrar este miércoles en Ceuta, tras saltar la valla que separa al enclave español de Marruecos, fueron deportados a esa última nación en una operación inusual de la Guardia Civil y la Policía Nacional en la frontera sur de España.
«Todos los migrantes que llegaron este miércoles han sido expulsado, excepto dos posibles menores», reseña el medio El Diario.
La devolución de 116 personas que llegaron a Ceuta fue argumentado por el gobierno de Pedro Sánchez a partir de un acuerdo bilateral entre España y Marruecos, firmado en 1992. El convenio se encontraba prácticamente en desuso debido a la negativa del Gobierno marroquí de ponerlo en práctica.
¿Ninguno pidió asilo?
El Ministerio de Interior de España aseguró que «ninguna» de las personas expulsadas ha solicitado asilo, pero no detalla si se les ofreció dicha posibilidad. Los dos «posibles menores» permanecen en la ciudad autónoma tras haber informado sobre su edad a las autoridades.
Se trata de una operación extraordinaria, pues Marruecos se negaba a aceptar la aplicación del acuerdo bilateral con España, salvo excepciones, como en determinados casos de migrantes llegados a las Islas Chafarinas o la Isla de Perejil.
Un paso más en la vulneración de DD. HH.
La ONG Caminando Fronteras denunció que se trata de una «expulsión colectiva» con la que el Gobierno «da un paso más allá en la vulneración de los derechos humanos». El acuerdo acepta la «readmisión» de inmigrantes (marroquíes o no), siempre y cuando sean identificados en un plazo de 10 días. No menciona como requisito de devolución el respeto de derechos humanos de las personas expulsadas.
Diversas organizaciones nacionales e internacionales llevan años denunciando los abusos y malos tratos recibidos por las personas de origen subsahariano en Marruecos. En las últimas semanas, tras la promesa del envío de más fondos por parte de la Unión Europea, el Gobierno alauí ha impulsado las redadas contras los migrantes asentados en el norte del país con la intención de atravesar la frontera. En estas operaciones, al menos dos jóvenes han fallecido. Uno de ellos era menor de edad.
Alrededor de 120 personas, la mayoría de Guinea y un grupo de Camerún, lograron acceder este miércoles a la ciudad autónoma tras cruzar la valla fronteriza. Según la Guardia Civil, varios migrantes utilizaron «cal viva y ácido» para disuadir a los agentes fronterizos y conseguir entrar en Ceuta. Siete guardias civiles resultaron heridos debido a las lesiones provocadas por estos productos. Por su parte, cinco migrantes fueron ingresados en el hospital debido a los cortes provocados por las cuchillas de la alambrada.