Un informe realizado por el gobierno de California, en Estados Unidos, causó alarma entre la población debido a sus conclusiones, ya que advierte que para el año 2050 las temperaturas del verano californiano podrían provocar 11.300 muertes adicionales. En tanto, para el 2090 las víctimas mayores de 65 años se mutiplicarían por diez.
El estudio reveló que podría incrementarse en un 77% el área promedio devastada por los incendios forestales y hasta un 67% la erosión de la localidad. En dicho sondeo, se reiteró la necesidad de adoptar medidas que disminuyan los efectos del calentamiento global.
Por su parte, el Gobernador de California, Jerry Brown, publicó en su cuenta en Twitter lo siguiente: “Estos hallazgos son profundamente serios y continuarán guiándonos a medida que enfrentamos la amenaza apocalíptica del cambio climático irreversible”.
Asimismo, el profesor de la Universidad de California y uno de los colaboradores del informe, Amir AghaKouchak, declaró que habrá dos consecuencias importantes: “Una son las inundaciones potencialmente más extremas y la otra son los problemas con la gestión de la sequía”.
Otro que no tardó en emitir pronunciamiento fue el presidente de la Comisión de Energía de California, Robert Weisenmiller, quien, para combatir tal situación estadísticamente apocalíptica, apuesta a la planificación del uso del suelo y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que, en California, casi la mitad proviene del transporte. “Aquí hay algunas formas de mitigar los impactos nefastos y eso debería darles algo de esperanza a las personas”, enfatizó.
El Cambio Climático puede ser reversible
Christiana Figueres, ex jefa de clima de la ONU, presentó una serie de recomendaciones junto a un equipo especializado. Se trata un plan para transformar la «marea» del dióxido de carbono del mundo de cara a los próximos tres años. Llamado «Misión 2020», que consiste en una campaña de colaboración cuyo objetivo es «aumentar la ambición y la acción en sectores clave para reducir la curva de emisiones de gases de efecto invernadero».
El proyecto insta a gobiernos, empresas, científicos y ciudadanos a abordar de inmediato las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, para lo que se incluyen seis metas específicas:
- Aumentar la energía renovable hasta que suponga al menos el 30% del uso de electricidad, en comparación frente al 23,7% de 2015.
- Proyectar planes para que las ciudades y los países abandonen la energía de combustibles fósiles en 2050, con una financiación de 300.000 millones de dólares anuales.
- Promover que al menos el 15% de todos los vehículos nuevos sean eléctricos.
- Promulgar políticas sobre el uso de la tierra que reducen la destrucción de los bosques y fomentan la forestación. Las emisiones netas actuales de la deforestación representan el 12% del total a nivel mundial.
- Que las industrias publiquen planes para reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (por uso de hierro, acero, productos químicos, cemento, petróleo, gas) antes de 2050, para lograr en una década reducir ese número a cero.
- Alentar al sector financiero a emitir más «bonos ecológicos» para los esfuerzos de mitigación del clima. La idea es llegar a un capital para la acción que llegue al billón.
Según los expertos, en 2017 la Tierra tenía aproximadamente tres años antes de vivir los peores efectos del cambio climático, entre los que se mencionan: deforestación, inundaciones causadas por el aumento del nivel del mar, impredecibles variaciones de temperatura que podrían afectar severamente a la agricultura y que las zonas costeras estén anegadas.