Miles de universitarios mexicanos se movilizan por la democratización de los medios de comunicación y la “no imposición” de candidatos por parte de los grupos mediáticos. Javier Sicilia, líder del Movimiento en contra de la guerra contra las drogas apoyó a los estudiantes y aseguró que ve a su hijo asesinado, Juanelo, en cada uno de ellos.
Se venía diciendo hace tiempo. Que era indiscutible que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, ganaría las presidenciales de julio próximo. A menos que “algo grande pasara”. Y eso llegó con la irrupción de los jóvenes mexicanos, de los estudiantes, de los universitarios. Fueron ellos los que marcaron la agenda política del país, los que reivindicaron que no puede haber ganadores previos de las elecciones, ni poderosas empresas televisivas que quieran imponer a su candidato.
“El mayo” mexicano empezó con la movilización estudiantil, acaparando la recta final de la campaña. A 40 días de las elecciones, el hartazgo de los universitarios provocado por la manipulación informativa y la imposición de un candidato por parte de las elites empresariales y mediáticas en plena campaña electoral, fue el detonante.
La tarde del 23 de mayo en la que 20 mil estudiantes de distintas universidades (públicas y privadas) marcharon durante más de cuatro horas por las avenidas de la Ciudad de México, fue precedida por distintos episodios de protesta como detonantes para que hoy se hable de “La Primavera Mexicana”, en alusión a las revueltas en el norte de África.
RECORDÁNDOLE A PEÑA NIETO
Todo había comenzado el 11 de mayo, durante un meeting de Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana (“La Ibero”), una de las privadas más prestigiosas del país. Los estudiantes increparon al galán que aspira a ser Presidente de México y a devolver al PRI el poder perdido hace 12 años. Le gritaron “¡Cobarde!”, “¡La Ibero no te quiere!”, “¡Asesino!”, recordándole la brutal represión que ejerció contra los campesinos y floristas que se movilizaron en San Salvador Atenco en 2006, cuando era gobernador del Estado de México, un episodio de violencia brutal ocurrido durante su mandato que provocó el asesinato de dos jóvenes, la detención de 350 personas -entre ellas 10 menores de edad- y la violación de 26 mujeres.
Con el objetivo de proteger su figura frente al descrédito que mostraron los estudiantes, el PRI acusó a los jóvenes de ser agitadores pagados por el candidato de izquierda a la presidencia mexicana, Andrés Manuel López Obrador, de la alianza MORENA. El duopolio mediático que domina el 95% de las concesiones televisivas en México, Televisa y TV Azteca, le siguió el guión al PRI, queriendo convencer con un “aquí no ha pasado nada” y no visibilizaron la protesta estudiantil en contra de Peña Nieto.
Pero a los asesores del priista y al duopolio se les escapó un detalle: los videos sobre lo ocurrido, grabado de forma casera por muchos de los estudiantes presentes. Las imágenes empezaron a circular por Internet y en las redes sociales, evidenciando que las grandes cadenas televisivas seguían sin informar sobre lo realmente ocurrido.
La primera respuesta de los estudiantes a este ejercicio de manipulación informativa no se hizo esperar. Al cabo de tres días, el 14 de mayo, 131 de ellos colgaron un video en Youtube donde se identificaron con su carnet de estudiantes y aseguraron que nadie les pagó por increpar a Peña Nieto. En el video aseveraron que no respondían a ningún partido político y expresaron su desprecio a la gestión del ex gobernador del Estado de México y a la evidente manipulación informativa. El video ya tiene más de un millón de visitas.
En ese punto, jóvenes de otras universidades decidieron apoyar la causa de los estudiantes de la Ibero. De ahí adoptaron el nombre de #YoSoy132, uniéndose como uno más a los 131.
Ese día nació una movilización estudiantil en forma de hashtag que se extendió por la red convirtiéndose en Trending Topic mundial durante más de seis días. Se produjo el llamado a una movilización convocada por las cuatro principales universidades privadas, la Ibero, la Anáhuac, el Tecnológico de Monterrey y el Instituto Tecnológico Autónomo de México, para manifestarse ante sedes de Televisa pidiendo una “información transparente, plural e imparcial que fomente una conciencia y un pensamiento crítico” y que no se dedique a promocionar a uno solo de los candidatos.
De forma paralela y sin estar relacionado con los jóvenes “Yosoy132”, el 19 de mayo, 45 mil personas, según la cifra oficial, marcharon en el centro de la Ciudad de México contra el candidato príista. Ningún movimiento se atribuyó la convocatoria. Todo se gestó por medio de las redes sociales.
#YO SOY 132
La tarde del 23 de mayo, quienes se dieron a conocer con ese hashtag en Twitter, crearon un dominio en Internet. En su portal web dejaron claras las principales peticiones: “No favoritismo en los medios de comunicación, manejo de información de manera honesta, información real y no manipulada, pueblo informado, pueblo no manipulado, informar y educación, nuestra misión”.
Eran 20 mil personas, quizás el Trending Topic real, de carne y hueso. Los estudiantes hicieron públicas sus demandas, que van desde un cambio de lógica económica y política al empoderamiento ciudadano a través de la información, para que “los ciudadanos puedan exigir y criticar de manera fundamentada al gobierno, a los actores políticos, a los empresarios y a la sociedad misma. Por eso, Yo Soy 132 hace del derecho a la información y el derecho a la libertad de expresión, sus principales demandas”.
También declararon que son un movimiento “ajeno a cualquier postura partidista y constituido por ciudadanos, y por eso no expresamos muestras de apoyo o rechazo hacia ningún candidato político”. Otra de las demandas de “Yo Soy 132” es “garantizar el acceso a Internet como derecho constitucional”.
A medida que se iba añadiendo gente a la protesta contra la manipulación informativa de los duopolios televisivos y el intento de imposición de un candidato por “mandato mediático”, los estudiantes decidieron marchar por el Paseo de la Reforma hasta llegar al monumento del Ángel de la Independencia. Una vez allí, espontáneamente, una parte de la marcha decidió continuar hasta las instalaciones de Televisa para pedir la transmisión en cadena nacional del segundo debate entre candidatos (a realizarse el 10 de junio) y acabar con lo que denominaron «contenidos basura» y “telenovelas idiotizantes”.
Las manifestaciones se replicaron en Oaxaca, Jalisco, Morelos, Querétaro, Yucatán, Michoacán, Hidalgo, Chiapas, Baja California, Puebla y Estado México.
Octavio Solís, académico del Colegio de Ciencias y Humanidades Vallejo, del departamento de historia de la UNAM, comentó que “el movimiento se definió como una movilización de mayor alcance, echó raíces en términos de identidad, los chavos se quedaron a realizar asambleas y eso fue un indicador importante, no sólo querían ya gritar sino organizarse”.
Iyalli, de 23 años y estudiante de Ciencias de la Comunicación de la UAM, explicó que “es la primera vez que muchos de nuestra generación vamos a votar. Que vean que los jóvenes están interesados en su país, en que cambie y se convierta en una mejor sociedad empezando con nosotros”.
«Somos apartidistas, no estamos a favor de ningún partido o candidato y queremos apertura en los medios, que no mientan», manifestó Abril Torres de 19 años, estudiante de Humanidades en la UNAM.
Señales de un movimiento que cambió el rostro a la política mexicana.
Marta Molina
El Ciudadano
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