El robot asistente de enseñanza autónomo de la firma «Keeko» ya está siendo utilizado en 600 escuelas infantiles de Pekín, China.
Mide 60 centímetros, se desplaza rodando por las aulas de clase y ha llegado a los planteles para contar historias y asignar problemas de lógica a los pequeños estudiantes.
El pequeño robot tiene una cara en forma de pantalla táctil, cámaras integradas para orientarse y los niños pueden usarlas para grabar videos.
El androide pertenece a un proyecto ambicioso de la franquicia asiática, que aspira generalizar sus asistentes educativos en las aulas de toda China. Para tales efectos, ha sido puesto a prueba en la escuela infantil Yiswind, en las afueras de Pekín.
Sobre esta experiencia tecnológica, Xie Yi, directora de la escuela infantil en la que se probaron los robots, considera que todavía pasará tiempo antes de que los robots sustituyan a los profesores de carne y hueso.
«Para enseñar, tienes que ser capaz de interactuar, aportar un toque humano, un contacto visual, expresiones faciales. Todo eso es la educación», comenta.
Para ella, «no es sólo una historia de lenguaje o contenido», algo que en frío y de manera unidireccional hace el robot de Keeko.
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Candy Xiong, una formadora para el uso de “Keeko” en las escuelas, señala por su parte que «la educación en la actualidad ya no es unidireccional, con un profesor que enseña y alumnos que aprenden”.
Los robots Keeko también tienen en contra su valor: 10.000 yuanes, una cifra que se acerca al sueldo mensual de un maestro.
Sin embargo, la Federación Internacional de Robótica destaca que China es el país del mundo en el que se usan más robots industriales: 340.000 que ya están repartidos por todas sus fábricas.