Tomar una pequeña dosis de LSD un día de trabajo puede no ser la mejor de las ideas, pero cada vez más personas lo hacen. Los partidarios de la «microdosis» argumentan que tiene todo tipo de beneficios para la mente y el cuerpo, ya sea como impulsor de la creatividad y la energía o incluso como alivio a los síntomas de depresión y ansiedad.
Sin embargo, cuando se trata de las afirmaciones en torno a la microdosis, es difícil descifrar dónde termina el hecho y comienza el efecto placebo, ya que la investigación científica sobre el tema es escasa.
Con eso en mente, la Beckley Foundation y el Imperial College London han anunciado el primer ensayo controlado (con uso de placebo) para probar la efectividad de la microdosis de LSD, con la esperanza de descubrir si esta nueva técnica tiene alguna consecuencia sobre el bienestar psicológico y la función cognitiva de una persona. No está demás decir que el estudio está buscando voluntarios.
Dependiendo de sus resultados, los investigadores esperan que este trabajo salga a la luz con investigaciones científicas más serias sobre psicodélicos, ciencia y medicina.
Las microdosis son pequeñas cantidades, generalmente alrededor de una décima parte de la dosis activa que se suele tomar de una droga psicodélica. Los tipos de drogas más comúnmente usados son LSD, mescalina o psilocibina (el ingrediente activo de los hongos mágicos).
La dosis «sub-perceptual» no es lo suficientemente fuerte como para que la mente entre en un viaje por otros estados de percepción, pero muchas personas informan una sensación de bienestar sutilmente mejorada y un impulso de vitalidad. Otros incluso han afirmado que les ha ayudado a superar la depresión y otros problemas de salud mental.
Durante un período de cuatro semanas, el estudio pedirá a los participantes con alguna experiencia de microdosis o el uso de psicodélicos que participen en un enfoque único, al que han que denominado «Self-blinding» (cegamiento del sí mismo).
«Las microdosis se colocarán en cápsulas de gel no transparentes y de la misma manera se prepararán cápsulas de placebo vacías. Por lo tanto, los participantes no sabrán si están tomando una microdosis o si es una cápsula de placebo», explican los investigadores.
Ellos, sin embargo, podrán rastrear qué cápsulas contienen el medicamento. A los voluntarios se les harán preguntas diarias sobre su estado de ánimo y participarán en juegos en línea, creados para medir el rendimiento cognitivo. Los resultados serán publicados el próximo año.
«Si encontramos efectos prometedores por encima del placebo, esos resultados pueden utilizarse para solicitar futuras investigaciones en agencias médicas y científicas», han dicho los autores del ensayo.
Fuente: IFLScience