Una lista de cálculo de lo que costaría pagarle a una “ama de casa” por cada uno de los roles que desempeña en el hogar, circula por internet y se ha vuelto viral en las redes sociales.
Se trata de una lista de seis de las múltiples tareas que cumple a diario la mujer que se dedica a las labores domésticas en su propia casa y por la que, generalmente, no recibe pago alguno, por considerarse dentro de la sociedad machista occidental, como parte del trabajo normal que le corresponde cumplir por ser «esposa y madre de familia».
De acuerdo con esta estimación, las féminas deberían recibir una remuneración que va más allá de los 31 mil dólares mensuales, monto que compensaría su dedicación y entrega a una labor que no es reconocida socialmente como «trabajo», pero que suma en bienestar, estabilidad y salud para el funcionamiento de la familia y el hogar.
Un artículo publicado por la revista colaborativa feminista «Proyecto Khalo» indica que «ser ama de casa es uno de los trabajos más difíciles.
Las jornadas no tienen un horario fijo ni definido, son las primeras en levantarse y las últimas en irse a la cama, las que deben levantarse durante algún contratiempo nocturno, no tienen vacaciones ni días de asueto; incluso en los paseos familiares deben estar a cargo de todo y no disfrutan en la misma medida que el resto de su familia.
Asegura el portal que reivindica la igualdad de género y la diversidad, que muy pocas veces se colabora con la ama de casa en las labores domésticas, que son vistas como tareas individuales y aisladas, propias de la mujer y que, además, suelen ser agotadoras, un ciclo que parece no terminar nunca. Enfermarse no es una opción, pues nadie las sustituye en sus jornadas.
Aunque el cambio de modelo productivo supuso una transformación del modelo familiar, en el que cada vez menos mujeres trabajan exclusivamente en el hogar, todavía hay mujeres que por iniciativa propia o por necesidad económica optan por ser amas de casa.
Igualmente hay las que tienen sus trabajos formales y se las ingenian para desempeñar su labor hogareña durante las noches, fines de semana o días libres, lo cual recarga de responsabilidades y aporta en ansiedad y estrés. Maridos, hijos e hijas: ¡A ponerse las pilas!
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