Más de mil miembros de la iglesia evangélica “El Aposento Alto” ocuparon de manera violenta y sorpresiva las instalaciones del club de fútbol Alianza Lima, de Perú.
Este grupo de creyentes rompieron las puertas de ingreso al estadio, ubicado en el distrito de La Victoria, para ocupar el estacionamiento del recinto y unas canchas de entrenamiento, reclamando como suyo un terreno colindante.
«Somos propietarios inscritos en los registros públicos. Contamos con nuestro título, no es una medida arbitraria. Cuando compra un departamento o una propiedad, ¿usted necesita una orden del juez?», dijo a la prensa Sandro Balbín, representante legal de la iglesia.
Explica que el terreno, de unos 2.452 metros cuadrados, fue comprado en 600.000 dólares por la iglesia El Aposento Alto a un propietario en el año 2016.
Con esto, asegura que el estadio “ya es la casa de Dios” y además ha dicho que se respalda en “toda la documentación necesaria para su posesión”.
Por ello, los miembros de este movimiento de fe instalaron algunos paneles declarando su nueva iglesia en la madrugada de este lunes, borrando los emblemas del club y soldando puertas.
En contra parte, el club de fútbol Alianza Lima argumenta que la compra es ilícita y que el terreno les fue entregado por el Gobierno del Perú mediante un Decreto Legislativo de 1972.
«Si bien es cierto que existe un tema legal por resolver, nosotros somos respetuosos de las instancias legales, por lo que nos encontramos regularizando nuestra propiedad en el Poder Judicial como corresponde», precisó Alianza Lima en un comunicado.
📝 Comunicado de prensa. pic.twitter.com/Z3nPd9nDg6
— Club Alianza Lima (@ClubALoficial) September 10, 2018
Durante la pugna, hinchas y creyentes protagonizaron eventos de enfrentamientos violentos, que debieron ser controlados por las autoridades locales.
El estadio de Alianza Lima, que tiene un aforo de 33 mil aficionados, fue inaugurado en 1974 con un cuadrangular internacional entre el equipo blanquiazul, Universitario de Deportes, Independiente de Argentina y Nacional de Uruguay.
El club mantiene su postura y afirma que el estadio no está a la venta. Señala que en el plan de reestructuración no se contempla la posibilidad de desprenderse de su patrimonio y activos.