El obispo evangélico Eduardo Durán definió como una “venganza política, fraguada ante las más altas autoridades del país”, la investigación en su contra por lavado de activos, la cual -a su juicio- tiene su origen en el Te Deum del año 2017, donde la Presidenta Michelle Bachelet recibió in situ las críticas de Durán por la ley de aborto en tres causales.
De acuerdo a una publicación de Ciper Chile, Durán, cuyo patrimonio es indagado por el Ministerio Público y el Servicio de Impuestos Internos, es objetivo de una alerta internacional por presunto lavado de activos. El religioso tiene un patrimonio de 12 propiedades, que tienen un avalúo fiscal de $1.152 millones.
El hecho está relacionado con la fusión, concretada en febrero, entre la congregación propietaria de la Catedral Evangélica y la International Pentecostal Holiness Church (IPHC), organización que ha estado involucrada en investigaciones por lavado de activos en Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil. Según la misma publicación, Durán ha realizado gestiones para conseguir rebajas tributarias a IPHC.
En ese sentido, a la salida del Tedeum, el pastor aseguró que todas estas acusaciones son «una venganza política producto del último tedeum, del año 2017, fraguado ante las más altas autoridades del país», pero justo cuando era consultado sobre la materia, las personas que lo acompañaban comenzaron a agredir a la prensa, generándose una batahola que dejó a un reportero de radio Bío Bío con una lesión en la zona cervical.