Sursum Corda

Las pérdidas de las AFP desde que se inició la crisis alcanzan a ¡18


Autor: Director

Las pérdidas de las AFP desde que se inició la crisis alcanzan a ¡18.8 billones de pesos! Es decir, la crisis ha esfumado todo el “trabajo de las AFP” desde 1981 hasta 2006. Lo que no ha esfumado son los 9,3 billones que en el mismo período se embolsaron en comisiones y primas las AFP y sus compañías de seguros relacionadas.

El empresariado chileno sigue en la misma onda. En su último encuentro en ENADE intentó subirse el ánimo recurriendo a la frase que tanto le gustaba a Pinochet. Sin embargo, la crisis se les coló por todos lados. Hasta Buchi no tuvo más remedio que reconocer que las cosas se van a poner feas y desmintió el «blindaje» de Velasco recordando que Frei había dicho lo mismo en la recesión de 1998. El Mercurio publicó un reportaje con el impacto de la crisis en las diversas regiones y no había ni una que se escapara. Hace poco, el mismo diario publicó la noticia que se habían paralizado proyectos por cerca de 2.500 millones de dólares, incluyendo el emblemático “edificio más alto de Chile”.
Una vez más se demuestra que el modelo chileno es vulnerable en extremo. La crisis empezó a repercutir hace un año en los países emergentes inflando primero los precios del cobre, materias primas y alimentos de forma alucinante. Los exportadores vivieron meses en jauja desde el más chico al más grande. Las mineras privadas –los años 2006 y 2007- sacaron utilidades equivalentes a dos veces todas las inversiones extranjeras directas realizadas en el sector desde 1974 a 2006. El monto total retirado de más de 40.000 millones de dólares equivale a dos tercios del presupuesto del Estado en esos dos años.
El único detalle es que uno de los precios más inflados fue el petróleo, que Chile importa en cantidades. La inflación pasó a ser el problema número uno de los sesudos economistas del Banco Central y Hacienda, azuzados por los opinólogos de siempre. El alza de precios internacionales había venido para quedarse porque se originaba en la voraz demanda de China. Se aplicaron medidas contractivas y hasta la Presidenta enarboló un escudo contra la inflación; a lo más prometió que el gasto social no se iba a afectar mucho.
Nadie tomó en cuenta que al mismo tiempo el congreso estadounidense había iniciado una investigación acerca del rol de los especuladores en el alza de precios internacionales y George Soros, que de especulación sabe mucho, denunció la formación de una ‘superburbuja’ que iba a reventar en cualquier momento. Dicho y hecho. Luego de tocar las nubes a mediados de mayo, los precios del petróleo y las otras materias primas, incluido el cobre, así como los alimentos, se derrumbaron estrepitosamente y hoy andan peor que hace tres años.
Sin embargo, también se derrumbaron las bolsas y monedas, a excepción del yen. Todos se dieron cuenta de golpe que habían sido afectadas a lo largo de más de cinco años por un gran burbujazo especulativo aún peor que la superburbuja de Soros, que las encumbró hasta las nubes para luego derrumbarlas.
El porrazo fue monumental. La teoría del desacoplamiento de las economías emergentes también reventó: la economía china pasó de salvadora de la economía mundial a su principal debilidad, a medida que su crecimiento se derrumba a pasos agigantados.
El peso chileno estaba tan fuerte que finalmente había convencido al Banco Central a intervenir cuando el dólar andaba por los 430 pesos. De Gregorio todavía no sabe lo que pasó. En pocas semanas el peso se depreció en más de un 50% y el dólar alcanzó a más de 680 pesos. No había ocurrido algo así desde los tiempos del dólar a 39 pesos y De Castro. La preocupación por la inflación internacional se trocó de un día para otro por la inquietud por la deflación mundial.
¡Nunca tantos se equivocaron tanto en tan poco tiempo!
EL CORRE QUE TE PILLO DE LAS BOLSAS
La bolsa chilena cayó junto a las demás, perdiendo 40% en los doce meses hasta el 10 de octubre,  lo mismo que el conjunto de las bolsas mundiales, ambas expresadas en Euros. Sin embargo, a partir de esa fecha se ha venido comportando en forma extraña, rebotando más de un 20% mientras el resto del mundo se mantenía igual o continuaba cayendo. Tan fuerte fue el rebote que al 28 de noviembre ha caído sólo un 30% en doce meses mientras las otras emergentes han caído un 40% y hasta más de un 50% en el caso de los BRIC1. Incluso, desde principios del año 2.000 cuando se inició este ciclo largo a la baja en el mundo, la bolsa chilena es la única que todavía vale más que entonces medida en euros. Las del conjunto de los países emergentes y los BRIC, que tocaron el cielo hace un año, ya cayeron por debajo de su valor de hace casi una década y van  corre que te pillo a la siga de la caída de los desarrollados, los que se encuentran un 50% por debajo de los máximos alcanzados el año 2000, cuando se las expresa en euros. Esta anomalía no puede continuar y muy pronto, apenas los inversionistas se aviven, la bolsa chilena expresada se va a derrumbar hasta igualar a las otras.
¿A qué se debe esta distorsión? En buena medida a especulación de las AFP, que desde el 10 de octubre vienen repatriando los restos del naufragio en que terminó su aventura internacional, pero que en lugar de llevarla a puerto seguro, sostienen la bolsa local. Mientras tanto, el derrumbe de fondo de pensiones continúa y la Superintendencia y las AFP no pudieron seguir ocultando la verdad y en su informe de noviembre confirmaron las cifras que venía entregando CENDA: el fondo total ha perdido un 30% mientras la mayoría de los afiliados ha perdido entre un tercio y la mitad de sus ahorros en los fondos más riesgosos.
PUBLICIDAD ENGAÑOSA
Las AFP han intentado contrarrestar la debacle con publicidad engañosa, pagada con cargo a los afiliados, en la cual afirman que aún después de la caída, dos tercios de los ahorros previsionales se deben “al trabajo de su AFP” y solo un tercio a los aportes de los afiliados.
Las cifras oficiales los desmienten de modo categórico: entre 1981 y 2006 los afiliados y el fisco aportaron al fondo 36,8 billones de pesos, con cargo a los cuales las AFP pagaron beneficios por 9,8 billones, lo que deja un saldo de sólo 18,7 billones para la revalorización neta del fondo, que a fines de 2006 alcanzaba a 45,7 billones. Todas estas cifras en pesos de 2006. Hasta un niño sabe que 36 es el doble que 18 y por lo tanto a esa fecha los afiliados habían aportado dos tercios y el “trabajo de las AFP” solo un tercio. Sin embargo, las pérdidas desde que se inició la crisis alcanzan a ¡18.8 billones de pesos! Es decir, la crisis ha esfumado todo el “trabajo de las AFP” desde 1981 hasta el 2006. Lo que no ha esfumado son los 9,3 billones que en el mismo período se embolsaron en comisiones y primas las AFP y sus compañías de seguros relacionadas. Esta cifra equivale exactamente al total de pensiones y otros beneficios pagados en el período por ellas, y si se las compara con los aportes de los afiliados, que fueron 27,9 billones, resulta que se han embolsado uno de cada tres pesos cotizados. ¡Para al final terminar perdiendo en un año lo que ganaron en un cuarto de siglo!
Argentina ya ha terminado con este saqueo, como lo denominó con lenguaje preciso la Presidenta Cristina Fernández. El 90% de los chilenos quiere que el Estado se haga cargo nuevamente de las pensiones, según la encuesta Latinbarómetro de septiembre pasado, encargada por El Mercurio, entre otros. No es extraño que así sea, puesto que las pensiones del sistema público son definidas y muchísimo mejores que las de las AFP, especialmente en el caso de las mujeres ¡aún antes que la crisis esfumara los fondos!.
¡Sursum corda!

Manuel Riesco

El Ciudadano


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