La escuela secundaria de San Benedetto ubicada en la ciudad de Piacenza, Italia, sentó un precedente al ser la primera escuela italiana en prohibir a sus estudiantes el uso de teléfonos celulares en sus instalaciones.
De acuerdo con un reporte del diario romano La Repubblica.it, los alumnos antes de ingresar a sus aulas, deben introducir su equipo celular en un bolso fabricado con material aislante, que protege el dispositivo y lo hace inutilizable durante las horas de clase, incluida la recreación.
Una vez cerrado el bolso aislante por el profesor en la primera hora, el celular solo podrá ser desbloqueado por los propios profesores, quienes lo harán al final de la última lección, a través de una base especial.
«Es terrible, nos sentimos aislados del mundo», comentaron algunos estudiantes en torno a la medida, mientras que el director del plantel, Fabrizio Bertamoni, expresó para consolarlos: «No queremos castigarlos, es una medida pedagógica, pretendemos enseñarles a que socialicen más, que se hablen entre ellos. Para dar un buen ejemplo –dijo- también pediremos a los profesores que coloquen su teléfono en el bolsillo aislante».
La escuela de San Benedetto envió una carta a las familias para advertirles que sus hijos no podrán usar sus teléfonos celulares en el aula. «Aunque somos conscientes del gran valor de los teléfonos móviles, creemos que su uso se convierte cada vez más en una fuente de distracción, comportamiento asocial y conflicto tanto en la escuela como en el hogar».
«Somos la primera escuela libre de teléfonos en Italia», continúa la misiva enviada a los representantes. «La investigación ha demostrado, que la mera presencia de teléfonos celulares en las aulas puede tener una influencia negativa en el rendimiento de los estudiantes. Este experimento ha sido exitoso en muchas escuelas estadounidenses, también ha sido útil para reeducar a los adolescentes, que a menudo se aíslan incluso en el contexto escolar”.
Los bolsillos aislantes marca Yondr son fabricados por una empresa estadounidense. Se utilizan en cientos de escuelas de todo el mundo, pero también en conciertos y otros espectáculos, en tribunales, en bodas o eventos dedicados a los niños. Con su uso se evita que los teléfonos celulares desvíen la atención de los presentes o se transformen en elementos perturbadores de eventos públicos.
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